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La Fontegara participará en el Festival Montréal Baroque

20 de junio de 2013

•    La agrupación mexicana dedicada a promover la música barroca y novohispana celebra este año su 25 aniversario

Por primera vez La Fontegara, agrupación mexicana dedicada a promover la música barroca y novohispana, participará en el Festival Montréal Baroque en Canadá en su edición número 11 que se realizará del 21 al 24 de junio bajo el lema “Música del Nuevo Mundo”.

“Es un festival renombrado, es destacable que somos el único grupo extranjero y latino que participa, así que es una gran oportunidad y un gran foro para difundir la música de los virreinatos coloniales. Nuestro programa estará conformado por cantatas y música instrumental de los virreinatos de Nueva España, Perú y Guatemala”, comentó en entrevista con Conaculta, la flautista María Díez-Canedo.

En esta presentación, a realizarse el 22 de junio, el cuarteto con más de dos décadas de sólida trayectoria estará acompañado de la soprano mexicana Irasema Terrazas y el flautista francés Vincent Touzet para interpretar cantatas de Manuel de Sumaya, Rafael Antonio Castellanos y José de Orejón y Aparicio, una sonata de Joan y Josep Pla, piezas del Códice Saldivar y sonatas instrumentales que están en un manuscrito en la Catedral de México.

El guitarrista Eloy Cruz explicó que parte de las piezas del programa surgen del manuscrito más significativo de música instrumental novohispana del siglo XVIII conocido como el Códice Saldivar IV, descubierto en León, Guanajuato en 1943 y que se dio a conocer en 1986, convirtiéndose en el libro de guitarra más popular de finales del siglo XX.

“Lo que hicimos fueron versiones para diversos instrumentos, a partir de ese manuscrito, hemos arreglado piezas para viola da gamba y continuo, flauta y continuo, piezas en que todos tienen partes solistas”.

De acuerdo con el ejecutante de viola da gamba, Rafael Sánchez Guevara, se trata de una práctica común de melodías de la época que se tocaban en un instrumento, mientras los demás lo acompañaban. “Lo que sobrevive es ese manuscrito de guitarra que nos da una idea de las piezas que se tocaban y de toda la música instrumental de esa época”.

La clavecinista Eunice Padilla hizo énfasis en que la música que van a interpretar, en algún momento fueron sonidos cotidianos que se hacían para tocarse de manera inmediata,  lo que les da frescura a pesar de haberse creado hace siglos.

“Lo que ha sucedido es que el repertorio tradicional que se escucha en las orquestas está en un momento de declive mundial, hay menos presupuesto para ese tipo de orquestas, el repertorio es el mismo y muy estandarizado.

“Mucha gente ve tanto en la música contemporánea como en la música barroca dos momentos frescos distintos de repertorio. Hay mucha música que se está rescatando y eso atrae a muchos jóvenes e incluso a músicos con formación tradicional para echarle una mirada a este repertorio y dedicarse a su difusión”, aseguró la ejecutante con estudios de maestría en clavecín y fortepiano, bajo la tutela del maestro John Gibbons en el New England Conservatory of Music.

María Díez-Canedo consideró que uno de los rasgos de la música barroca es la práctica de interpretación que deja lugar a la creatividad del intérprete para orquestar y buscar distintas manera de tocar, por lo que no hay una manera estándar.

“Es muy enriquecedor de hacer porque no es una práctica fija. La anotación en la partitura no está tan especificada como en repertorio posterior del siglo XIX,  sólo hay una base y uno tiene que aprender una serie de maneras de cómo interpretar esa música.

“Se trata de música muy directa, expresiva y que mueve pasiones basándose en principios de retórica con los que se pretende convencer y provocar”.

Agregó que a lo largo de su trayectoria, La Fontegara ha estado interesada en repertorios innovadores y vanguardistas que exploran la expresión, de ahí que sea otra de las motivaciones como músicos al tratarse de piezas que no pierden vigencia.

“Además, —dijo Eloy Cruz— es música muy bien escrita a la que uno puede regresar y siempre hay algo nuevo que encontrar, es una actividad divertida tocar música barroca porque proviene de los más grandes compositores occidentales de la historia, desde Monteverdi hasta Bach”.

Graduada en 1986 de la Longy School of Music de Cambridge, EUA con mención honorífica por Excelencia en la ejecución, y ganadora del Boston Premier Ensemble 1985 Annual Competition, María Diez-Canedo reconoce que para ser un buen ejecutante se necesita buen oido, flexibilidad y entendimiento de los estilos que definen a la música barroca y  atención en la articulación y ornamentación de la música.

Para Rafael Sánchez Guevara, quien actualmente cursa un posgrado en música antigua en la Universidad de Montreal en Canadá,  es toda una vida de estudio infinito pues implica lecturas y búsqueda de testimonios de músicos de la época que describen indicaciones de cómo tocar.

“Hay una diferencia sustancial porque la música barroca tenía otra función en la vida cotidiana, no había estas grandes orquestas sino que era un discurso que iba directo del emisor al receptor, por eso tenía que ser claro técnicamente. Es una cuestión casi filosófica de cómo ver la música”.

Especializada en la interpretación historicista de la música de los siglos XVI al XVIII, La Fontegara utiliza réplicas de instrumentos originales, uno de ellos es un instrumento poco común y espectacular llamado tiorba, inventado en Italia a finales del siglo XVI que se hizo popular en Europa y América en los siglos XVI y XVII.

“Es el más grande de los instrumentos de la familia del laúd que tiene agregado un mástil extra para cuerdas muy largas para los bajos, tiene 14 cuerdas de las cuales siete se tocan como en una guitarra común y las otras siete sólo se tocan al aire con el pulgar”, explicó el profesor de guitarra en la Escuela Nacional de Música, Eloy Cruz.

La agrupación ha ofrecido numerosos conciertos en México. Su actividad en el extranjero incluye conciertos en España, Alemania, Guatemala, Costa Rica, Cuba, Venezuela, Uruguay y en diversos festivales de Estados Unidos (Washington, San Antonio, Houston, Nueva York, Michigan, Los Ángeles, Carolina del Norte, Amherst, Providence y Boston).

En 1990 y 1993 recibió la beca de coinversión para grupos artísticos del Fonca y en 1995 el apoyo del Fideicomiso para la Cultura Mexico/USA (Rockefeller/Bancomer/FONCA) para proyectos de colaboración con artistas invitados.

Entre los músicos invitados con quienes ha realizado colaboraciones especiales destacan Lydia Knutson, Richard Luby, Robert Mealy, Emilio Moreno, Josep Cabré, David Irving, Guido Morini, Gabriela Thierry y Sandi Schwarz.

En diciembre próximo La Fontegara celebra 25 años de trayectoria y a manera de festejo previo participarán en el Festival Internacional Cervantino en el mes de octubre acompañados del flautista Josep Cabré y el violinista Manfredo Kraemer con un programa dedicado a Baco, el Dios del vino.

CGP

México,Distrito Federal