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La Ciudad de las Ideas, en Puebla

Los cineastas, avispones que creamos y picamos a la gente: Werner Herzog

06 de noviembre de 2014

  • Pidió a los jóvenes que “lean, lean, lean, si no leen nunca serán grandes cineastas”, aseguró el productor alemán
  • Aseguró que cambiar al mundo no depende de los gobiernos

Puebla, Pue.- Para cambiar al mundo no hay que esperar a que el gobierno se decida, por ejemplo, a legislar en materia de cambio climático, más bien los ciudadanos deben hacer pequeñas acciones, como apagar la luz y gastar menos agua, aseguró el cineasta alemán Werner Herzog.

Al participar en La Ciudad de las Ideas, señaló que por consenso todos podemos ahorrar por lo menos 25 por ciento de energía, lo cual sería de suma importancia para paliar el calentamiento global.

En charla amena con el curador Andrés Roemer, el cineasta advirtió que la realidad se puede modificar y hasta crear, gracias a los avances tecnológicos, por lo que recomendó a la gente joven viajar a pie, leer y caminar, a fin de no perder contacto con la realidad.

Y es que también la cinematografía, dijo, ofrece un nuevo acercamiento a la realidad, pues los directores de cine son como “avispones que creamos, vamos y picamos a la gente” en su intento por entender al mundo y lo que hay detrás.

Por ello aseguró que en sus películas, como documentalista y cineasta, “modifico la realidad” a través de sacar a la luz lo que llama “éxtasis de la verdad”, concebida como un extremo más profundo de la verdad, algo que empieza a surgir y debe ser intensificado para hacerlo aparente.

Werner Herzog, quien tiene su propia escuela de cine, a manera de guerrilla, pues la instala en cualquier lugar donde se requiera, destacó que a sus alumnos les recomienda que “lean, lean, lean, si no leen, nunca serán grandes cineastas”, toda vez que el mundo de las ideas se revela en los libros.

El cineasta destacó que el universo en que vivimos es hostil, caótico y hasta asesino, pues continuamente trata de matarnos y, en este sentido, el cine puede funcionar como consuelo, pero también para crear conciencia, como pasó con un filme de 34 minutos que hizo con eventos catastróficos de accidentes de tránsito en simplemente romper el corazón.

Finalmente, aseguró que los cineastas son ilusionistas y para hacer su trabajo deben recurrir a todo, a veces incluso al engaño y hacer trampa, todo lo que haga falta para presentar su propia visión de la realidad.

AGB

México,Distrito Federal