Historia


El Gobierno Federal ha sido responsable de atender los monumentos nacionales que forman parte de nuestro patrimonio cultural desde la declaración de las Leyes de Reforma, antecedente más antiguo de la Ley General de Bienes Nacionales.

A partir de 1860, la dependencia encargada de controlar usos, destinos, registro y autorizaciones relativos a inmuebles federales destinados a culto público fue la Secretaría de Hacienda, que asumió las disposiciones más antiguas relativas a la formación de un inventario de los bienes nacionales.

En el seno de dicha Secretaría se creó, al término de la Revolución Mexicana, el Departamento de Bienes Nacionales, que en los años 30 se transformó en Dirección de Bienes Nacionales, siendo responsable de la publicación de los primeros Catálogos de construcciones religiosas del país.

A partir de 1946, las facultades que tenía la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sobre los bienes nacionales y nacionalizados federales, pasaron a la Secretaría de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa. Surgió entonces la Dirección General de Bienes Inmuebles y dentro de ella el Departamento de Urbanismo, Ingeniería y Arquitectura como instancia de apoyo técnico.

En 1958, se crea la Secretaría del Patrimonio Nacional y asume las facultades anteriores. En ese tiempo existían las Direcciones Generales de Bienes Inmuebles y de Urbanismo, Ingeniería y Arquitectura. Esta última se transformó en lo que hoy es la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, que en 1976 pasó a ser parte de la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, y en 1982 de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE).

Al transformarse la SEDUE en Secretaría de Desarrollo Social en 1992, la Dirección General del Patrimonio Inmobiliario Federal pasó a formar parte de la SECODAM, mientras que la Dirección General de Sitios y Monumentos permaneció en SEDESOL, en cuyo reglamento interior fueron incorporadas sus atribuciones y organización interna.

La Dirección General de Sitios y Monumentos del Patriomonio Cultural quedó adscrita, en 1994, con su misma estructura a la Secretaría de Educación Pública. Finalmente en 1997, por el Acuerdo 223 expedido en el Diario Oficial del 17 de marzo, la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural se integró al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, con las mismas funciones y estructura.