“Si algún día alguien quisiera ubicar a la contraparte de William Shakespeare en los terrenos del terror, sin duda sería Howard Phillips Lovecraft uno de los dos candidatos junto con Edgar Allan Poe”, afirmaba a principios de los años noventa el cineasta Juan López Moctezuma, quien a lo largo de varios meses le dedicó al autor de En la noche de los tiempos, diversas emisiones en su programa radiofónico La Llave del Tiempo, transmitido por Radio UNAM.

Con motivo del aniversario 124 del nacimiento de Lovecraft (Providence, Estados Unidos, 20 de agosto de 1890– ibíd., 15 de marzo de 1937), se lo recuerda a través de una entrevista al cineasta de culto Juan López Moctezuma, quien a través de libros, películas, monólogos teatrales y emisiones de radio y televisión, trató de compartir con el público el universo del novelista que brindó a la humanidad algunas de las más fascinantes obras góticas y de horror de todos los tiempos.

“Lo importante del universo de Lovecraft es que nos deja entrever la oscuridad y la maldad, pero al mismo tiempo los laberintos mentales que llevan al hombre a sortear esos parajes”, afirmaba Juan López Moctezuma.

Para el cineasta, quien en sus conocidas películas El alimento del miedo y Alucarda, plasmó para muchos críticos, gran parte de las imágenes icónicas de Lovecraft, este novelista, cuentista y poeta representó una de las más intensas miradas a los abismos y escenarios macabros que la naturaleza humana puede crear en sus trasfondos más insondables.

“Algunas de sus obras dejan entrever la naturaleza pesimista y melancólica de Lovecraft, quien creciera como un niño prodigio que desde temprana edad ya recitaba obras clásicas de la literatura, en parte animado por su abuelo, quien sería una de las presencias fundamentales en su vida”.

Juan López Moctezuma decía estar convencido de que la pérdida y lo ancestral eran dos constantes en la obra de H.P. Lovecraft, quien después de perder a su abuelo cae en una grave crisis durante la adolescencia.

“Se dijo que Lovecraft lloró más a su abuelo Whipple Phillips que a su propio padre, quien siempre lo trató de manera lejana. Sin embargo, heredó su gran biblioteca y fue a partir de entonces que devoró todos los libros que podía por año, en especial los de ficción y aventura que lo apasionaban”.

Sin embargo, afirmaba Juan López Moctezuma, la precaria situación económica con la que se enfrentó después Lovecraft, tras la muerte de los dos pilares de la familia, lo hicieron aceptar diversos trabajos de corrector de pruebas, pero al mismo tiempo lo llevaron a pensar en escribir su obra.

“Después de casarse se instala en Brooklyn, Nueva York, donde a duras penas sobrevive con los diversos trabajos que logra conseguir, sin embargo en ese ambiente de inseguridad surge también su etapa más prolífica, es en ese barrio donde comienza a cuestionarse sobre esas fuerzas oscuras que podrían encontrarse detrás de todo lo que conocemos, y es ahí donde imagina a las monstruosas deidades extraterrestres que serían la referencia para obras como La llamada de Cthulhu, que escribe en medio de la gran depresión estadounidense”.

Juan López Moctezuma recordaba haber tenido su más grande acercamiento con la obra de Lovecraft durante su estadía en Europa, donde devoraba sus obras y las releía, para después comentarlas con su amigo personal, el escritor Julio Cortázar.

“A Cortázar le sorprendía la capacidad de Lovecraft para delinear mitologías tan detalladas que en cierta manera asemejaban una suerte de mensaje cifrado de ocultismo donde estaban presentes todos los añejos mitos de la humanidad y las civilizaciones del pasado. A mí en lo personal la obra de este escritor ha significado siempre un reflejo de mis propias pasiones e intereses en el campo de la literatura, el cine, el teatro e incluso las artes plásticas”.

Juan López Moctezuma, quien grabó en su totalidad para el programa apoyado por el Conaculta, La Llave del Tiempo la gran obra de Lovecraft titulada El horror de Dunwich (disponible en los archivos de la Fonoteca Nacional), afirmaba que gran parte de los libros de este autor tenían propiedades cinematográficas sorprendentes.

“A veces en un mismo párrafo nos obsequiaba una gran cantidad de descripciones que servirían perfectamente como acotación de una secuencia en imágenes. Lovecraft era también un gran creador de atmósferas y escenarios que incluso podían rayar en lo exótico, tal es el caso de obras como Los gatos de Ulthar, en las que cualquier cineasta imagina ambientaciones llenas de artilugios”.

Como dato curioso, Juan López Moctezuma grabó partes de El horror de Dunwich con música  de Jazz para su emisión radiofónica, hoy considerada de culto entre los amantes de la literatura de terror.

“Algunos de los grandes libros de mi vida, siempre los leí con trasfondo de Jazz. En otra ocasión, platicando con Cortazar me decía que a partir de El perseguidor, su compañía a la hora de leer o escribir también es el Jazz. En lo personal creo que este tipo de música aumentan las cualidades surrealistas de H.P. Lovecraft, un autor que creo un universo propio que incluso se enriquece con la percepción de cada generación”, afirmaba el fallecido cineasta Juan López Moctezuma en 1992.

Información: HBL

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