El rebozo abraza a la mujer tanto en la vida como en la muerte, es un proyecto visual de la artista plática Hildana Romo Rangel, beneficiaria del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Zacatecas (PECDA) 2014-2015, con el que la creativa buscó rendirle homenaje a la mujer.

El proyecto aceptado en la categoría Formación Artística en México (Textil), formó parte de la Muestra de Beneficiarios realizada del 16 al 28 de Febrero en distintos espacios culturales de la capital zacatecana, bajo la coordinación del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) Ramón López Velarde.

En la Sala de la Bóveda I del Centro Cultural Ciudadela del Arte, el público pudo observar los doce rebozos de 220 X 60 cm, que Hildana Romo realizó en la técnica de tapiz en telar vertical, esto en el taller de textil de la maestra Leticia Arroyo Ortiz, en la antigua Academia de San Carlos, ahora Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.

“Los doce rebozos determinan un tiempo que marcan los ciclos que inician y terminan”, explicó la artista, quien señaló que el rebozo es una prenda que protege, cobija, sostiene, acompaña, participa en la vida y etapas de la existencia de una mujer, generación tras generación.

Compartió que el tema principal de su proyecto tiene que ver con el rebozo en la vida y muerte de la mujer, sobre todo en varios poblados de Michoacán, pues su abuela materna siendo de este lugar, influyó en gran medida para desarrollar esta propuesta.

“Trabajar con el rebozo representa para mí una parte integral de la vida diaria de muchas mujeres mexicanas que han arrullado con un rebozo a sus hijos recién nacidos y muchas otras que  han sido despedidas de este mundo envueltas en un rebozo como mortaja, de ahí la connotación de rebozo de compañía. Así es como lo he recordado con mi abuela y con mi madre”, explicó la artista.

Entre las vivencias que obtuvo Hildana de las charlas con su abuela fue el uso del rebozo por parte de las parteras para ayudar a la madre dar a luz. “Es con los rebozos que las parteras se ayudan para masajear el vientre de la parturienta con ciertas técnicas de movimientos para preparar a la criatura para su nacimiento. La partera ayuda a la madre a conservar siempre su protagonismo en ese acto de vida al hacerla consciente, darle consejos, cuidarla durante el proceso y prepararla para el gran momento.

La joven creativa también supo de los rebozos mortaja, esto cuando su familia buscaba un rebozo de aroma de luto para su abuela. “Estas prendas sólo se producen en Tenancingo, Estado de México. Cada rebozo es único y destinado para acompañar y despedir el paso por la vida de una mujer”.

Agregó que otros de los rebozos que realizó fueron los rapacejos, los cuales confeccionó a manera de cordones umbilicales. “También hice algunos más pequeños, que fueron los primeros y mismos que me sirvieron para iniciar el proceso de los doce”, apuntó.

Respecto a los materiales que utilizó para su elaboración, Hildana Romo empleó orgánicos para conservar esa conexión con la tierra y la naturaleza; así como el polietileno y plástico reciclado para confeccionar un rebozo alternativo, que proviene de una sociedad industrializada, debido a que “se utilizan plásticos para todo”.

Rebozo de Ikat, jaspe, de bolita, propia extensión del cuerpo femenino fueron plasmados por Hildana Romo con una nueva mirada y materiales industrializados. En un texto realizado para la muestra, la investigadora y diseñadora textil, Ana Celia Martínez Hernández escribió: “Son doce rebozos de vida, doce tapices que enmarcan una perspectiva propia en torno a la dualidad e importancia de esta prenda como cuna y mortaja, acompañando el ciclo completo de la femineidad de aquellos que comienzan y aquellas que llegan a su fin”.

Al ser beneficiaria del PECDA de Zacatecas, Hildana Romo Rangel tuvo un año para ejecutar su proyecto y presentarlo. En el marco de su exposición, la creativa impartió el Taller de Tejido en Tapiz, con la que se promovió las prácticas artesanales.

Información: DAF

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