Con la participación de los historiadores María del Carmen Collado y Javier MacGregor se llevará a cabo el foro “El obregonismo en el México posrevolucionario” el próximo miércoles 18 de julio a las 18 horas en las instalaciones del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM): Francisco I. Madero no. 1, en el centro de San Ángel en la Ciudad de México.

La Doctora Carmen Collado es catedrática en el Instituto Mora y especialista en el estudio de la relación de los empresarios y el gobierno de Obregón; entre sus obras destaca “La burguesía mexicana: el emporio Braniff y su participación política, 1865-1920”. Por su parte, el Doctor Javier MacGregor, estudioso de los procesos electorales en el México postrevolucionario, es profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y autor del libro “Imaginar el futuro. Partidos nacionales y programas políticos en México, 1918-1928”.  

En abril de 1920 Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta se rebelaron en contra de Venustiano Carranza con el Plan de Agua Prieta. Acordaron que, al triunfo del movimiento, el Congreso se encargaría de nombrar a un presidente provisional.

Álvaro Obregón apoyó el levantamiento y en unos cuantos días la revuelta se expandió por el país. Carranza lanzó un Manifiesto el 5 de mayo de 1920, lamentando la lucha política prematura y llamó a trasladar el gobierno a Veracruz, lo que denominó “Columna de la Legalidad”. El 20 de mayo Carranza fue asesinado.

Desaparecido el Barón de Cuatro Ciénegas, Obregón lanzó su candidatura a la Presidencia y resultó electo para el periodo 1920-1924. El triunfo del grupo Sonora sobre Carranza significó un cambio en el programa político del gobierno que fue capaz de llevar a cabo una serie de reformas sociales con el fin de ganarse a las masas y convertirlas en el sostén del Estado.

Un ejemplo de ello, fue la política agraria del obregonismo que proponía el surgimiento de pequeños propietarios, pero defendía los intereses de los terratenientes con el alegato de que el fraccionamiento de los latifundios debería hacerse solo después de consolidar a la pequeña propiedad.

Por otro lado, el Estado obregonista se presentó como un conciliador de las clases sociales y, en efecto, permitió un reacomodo de los antiguos grupos empresariales en el desarrollo económico del país.

Obregón consolidó su poder político y acabó con todas las rebeliones militares, intentó disminuir el poder del ejército y se apoyó en las organizaciones obreras, pacificando al país casi por completo. Logró el reconocimiento de Estados Unidos y creó la Secretaría de Educación Pública, al frente de José Vasconcelos, quien realizó una notable labor educativa y alfabetizadora.

En diciembre de 1924 Obregón se retiró de la vida pública. Unos años más tarde, al acercarse los comicios de 1928, regresó a la escena política para contender nuevamente por la silla presidencial. Ya como presidente electo, el 17 de julio de 1928, fue asesinado en el restaurante “La Bombilla”, en San Ángel, por José de León Toral, fanático religioso, como parte de una conspiración de grupos católicos y conservadores.

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