En la sabana africana, donde los bosbok, impalas, cebras, ñus y otras criaturas salvajes pastan por millares, grupos de cazadores provenientes de Europa conducen a través del bosque, donde acecharán a sus presas para convertirlas en prestigiosos trofeos de élite. Disparan, gritan de alegría y posan ante los animales que ellos mismos han cazado. En su más reciente documental, el realizador austriaco Ulrich Seidl explora el universo de la cacería legal en África, un ejercicio tan satisfactorio para sus acaudalados practicantes como lleno de resabios colonialistas.