En esta exposición Enrique Hernández propone construir a partir de la fragmentación de las

imágenes, una estética abstracta y laberíntica, en donde cada fragmento opera
de manera independiente, pero queda, a su vez, encadenado al continuo temporal de un
único instante narrativo.

Enrique Hernández se interesa por desmenuzar los símbolos
utilizando la pintura como medio y referencia, a partir de estrategias como el palimpsesto,
el bloqueo parcial, el constante flujo entre adición y sustracción, además de los conceptos
de aparición y encubrimiento. A través de la pintura, propone un nuevo orden cuyo
desarrollo plástico resulta de la alteración de la representación original. La apropiación,
reconstrucción y resignificación de estos archivos es en donde se desarticulan las
narrativas presupuestas.