Charles Strickland es un hombre que decide abandonarlo todo, incluidos esposa e hijos, con tal de irse a París. Su mujer cree que la determinación se debe a una amante que debe tener en la capital gala. Para confirmar sus sospechas ella le pide a Geoffrey Wolfe que la mantenga al tanto de lo que hace su marido.

El espía descubre que la verdadera razón de la mudanza se debe a que Charles sueña con convertirse en pintor. Al principio las circunstancias resultan difíciles pero poco a poco el protagonista logra hacerse de cierto prestigio, gracias a la generosidad de Dirk Stroeve, un desconocido que le brinda su hogar.

Sin embargo, Strickland no corresponde el favor, pues termina metiéndose con la esposa de su protector. Éste y otros incidentes obligarán al incipiente pintor a huir con destino a Tahití donde encuentra la inspiración necesaria para conseguir un estilo propio.