El 18 de abril de 1918 se informó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación discutió y resolvió uno de los temas más relevantes de aquellos días: la huelga textil en Puebla.

En esa entidad, el congreso local había aprobado una ley laboral en sincronía con el artículo 123 constitucional, que garantizaba mejores condiciones laborales para los trabajadores, y un aumento salarial de 80 por ciento. Los empresarios textiles se ampararon contra esa ley, argumentando que no estaban en condiciones de cumplir con las disposiciones de mejores sueldos, vivienda y educación para los trabajadores. El juez segundo de Distrito de esa entidad aceptó el amparo y ordenó la suspensión de la ley laboral.

Ante ello, los trabajadores textiles poblanos iniciaron una huelga que llevaba varios días. La legislatura local, a su vez, interpuso el recurso de revisión ante la Suprema Corte y, por mayoría, se otorgó la razón al juez que había amparado a los industriales poblanos. Ante ese fallo, la Federación de Sindicatos de Obreros del Distrito Federal comenzó a discutir la realización de una huelga general.