Entre los principales motivos que propiciaron el estallido de la Revolución mexicana estaba el problema de la tierra. Venustiano Carranza sabía de la necesidad y la urgencia de atender el reparto agrario.

Por ello, a partir de la Ley Agraria del 6 de enero de 1915 se creó la Comisión Nacional Agraria; uno de sus objetivos era estudiar las solicitudes de tierra para determinar la legalidad de los derechos de las comunidades. Una de las primeras resoluciones de la Comisión Nacional Agraria fue en favor de las tierras del pueblo de Ixtapalapa, otorgadas el 10 de noviembre de 1916.

La entrega se realizó en abril de 1918. El Comité Administrativo del pueblo de Ixtapalapa realizó el fraccionamiento de 238 hectáreas, las cuales fueron divididas en siete por familia.