*El grupo multinacional trajo sus Jardines itinerantes, esos que busca el alma
Fue una velada mágica, fascinante, altamente enriquecedora para los espíritus agobiados lo mismo que para quienes buscan abrevar en los jardines del alma… El Ensamble Constantinople(Constantinopla en español), cautivó a los asistentes la noche del sábado al Teatro Pablo de Villavicencio, con su programa Jardínes itinerantes, con música y poesía persas, y con instrumentos poco vistos y tocados en la región.
Lo anterior, en el marco del Festival Cultural Sinaloa 2015, que organiza el Gobierno de Sinaloa a través del Instituto Sinaloense de Cultura, con apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
El Ensamble Constantinople se presentó ya en Mazatlán y este domingo lo hace en Los Mochis, con una propuesta basada en las tradiciones de la antigua Persia, hoy Irán, rescatando la poesía medieval y palaciega.
Vestidos con atavíos propios de sus regiones de origen, los iraníes Kiya y Ziya Tabassian, el primero en la tombak y otros instrumentos de percusión, y el segundo en la sitar, así como Pierre- Yves Martel en la viola da gamba (una especie antigua del violonchelo), y el senegalés Ablaye Cissoko en la kora, fascinaron de principio a fin a los culiacanenses que asistieron.
Tocaron doce piezas: Aladji Bambo/ Salame Ashenayi, con base en el poema persa de Háfez (siglo 13), musicalizado por Kiya Tabassian, para después continuar con Río, de Ablaye Cissoko; Pez en el fondo del Océano, composición de Kiya y Ablaye;
Travesías, basado en el poema Zarambeques, de Ruiz de Ribayas (siglo 17), y El paso del agua, poema de Háfez con música de Kiya Tamassian.
Además, Soutouro, de Ablaye Cissoko; Antes de la lluvia, de Kiya y Ablaye; Loungtang, de Cissoko; Ahouye Vahshi, de Kiya Tabassian; Parváz, también de la autoría de Kiya; y Thiédo y Djimbasing, éstas piezas de corte tradicional, con las que cerraron su actuación ganándose la ovación del público que, puesto de pie, aplaudió a los músicos, quienes durante hora y media llevaron a los presentes a tocar las puertas mismas del cielo con esa música misteriosa, relajante y rica en matices.
Son piezas, nos dice el programa de mano, de la épica del reino mandinga a la música de corte persa, en un espectáculo concebido en el camino como un viaje, piedra angular geográfico, pero también como un recorrido histórico, cultural e interior, en busca de la inspiración en todas las fuentes, para aspirar a horizontes lejanos.
Con la inspiración de la antigua ciudad pionera iluminando el este y el oeste, el conjunto Constantinopla fue fundado en 1998 en Montreal, Canadá, y concebido como un foro de encuentro, gracias a la fertilización cruzada por Kiya y Ziya Tabassian, que creció en el efervescente Teherán.
Kiya juega, canta y compone, mientras Ziya explora las infinitas posibilidades de la tombak y otros instrumentos de percusión. Impregnado de las tradiciones persas clásicas, tanto musicales y poéticas, cada uno de ellos tiene una mezcla de formación académica y tradicional autodidacta.
En 2008 el conjunto evolucionó, dando la bienvenida Pierre- Yves Martel a sus filas, un jugador de viola da gamba que da brillantez a la improvisación, y es tan insaciable y aventurero como los dos hermanos. Un músico inspirado con un fondo multifacético y una figura de equilibrio en Constantinopla, Pierre-Yves siempre ha abrazado nuevos lenguajes, para sentirse como en casa en el cruce de la música antigua y contemporánea, en las tradiciones persas. A ellos se suma el senegalés Ablaye Cissoko, con su extraordinario instrumento, la kora.