Las poetas Angélica Ortiz, Myriam Moscona y Laura Solórzano, participaron en un diálogo en el que la lengua wixárika, el ladino y el español, contrastaron en su expresión poética, en la voz de sus autoras. La velada, se llevó a cabo en el marco del Día Internacional de la Poesía, la noche del martes 28 de marzo, en la Biblioteca del Edificio Arroniz, como parte de las Jornadas Literarias que realiza la Secretaría de Cultura de Jalisco, a través de la Jefatura de Lengua y Literatura.
La reunión de las tres poetas, comenzó con una charla sobre el vínculo entre lenguaje, identidad y creación, donde cada una habló de su incursión en las letras, pero sobre todo en la lengua y el idioma, dadas las situaciones de vida que situaron a dos de ellas en la recuperación de sus raíces lingüísticas, el wixárika, en el caso de Angélica Ortiz y el ladino o judeoespañol, en el de Myriam Moscona. Y por otro lado Laura Solórzano, habló de la experiencia en la enseñanza de la poesía.
Angélica Ortiz, poeta y narradora en lengua wixárika, quien cuenta con cinco títulos publicados, narró su particular historia que comenzó con una familia norteamericana de la que aprendió español, inglés y francés; sin embargo a los 10 años descubre que ella era wixárika y a esa edad comienza el aprendizaje de su lengua en la comunidad de La Yesca, en Nayarit.
Desde entonces, comentó “me reencontré con lo mío y mis raíces son muy fuertes, gracias a ese recorrido que hubo en mi historia, ahorita puedo hablarles de esa lengua, de mi pueblo, de mi comunidad, en wixárika”.
Por su parte Myriam Moscona, periodista, novelista y poeta mexicana de origen búlgaro sefardí, coincidió con la poeta wixárika en la aventura de recuperar una lengua originaria, el ladino, que definió como un español arcaico, que se utilizó por 500 años entre las familias judías sefardíes que migraron de España a Bulgaria. A causa de la segunda guerra mundial su familia deja Bulgaria para venir a México, donde nace la poeta y es aquí, que de sus abuelos, aprende el judeoespañol.
Al crecer, comentó Myriam Moscona, se convirtió en escritora y publicó algunos libros y nunca se planteó nada respecto al judeoespañol. “De pronto, mientras me daba cuenta que la lengua estaba muriendo, que los hablantes que habían permanecido vivos durante 500 años eran los últimos, sentí que me habían pasado una antorcha encendida que se apagaba en mis manos y yo tenía la obligación de hacer algo con esa lengua”.
Finalmente, Laura Solorzano, con más de 40 años como poeta y más de 10 publicaciones en México y el extranjero, habló de incursión a la poesía la cual sucedió de muy niña y la llevó a publicar su primer libro a los 14 años, hecho que tuvo tal impacto que la alejó de la escritura por 15 años más.
“Para mí ha sido una transformación, de rechazarla a quererla. Yo me quedo con lo que sucede en el salón de clases, es lo que a mí más me gusta para mí lo interesante es tener un grupo que junto conmigo leamos un texto que podamos exprimir, sacarle jugo de lo que nos dice, lo que nos propone y lo que descubres, al final la poesía es un descubrimiento interno que nos conecta con todo”, concluyó la poeta.
Tras la charla las poetas invitadas leyeron parte de su trabajo, ofreciendo a los asistentes una muestra de los contrastes y la sonoridad de las distintas lenguas en la poesía.
Fecha de publicación
Jalisco / 29 de marzo de 2023