La caverna. Segunda parte de la trilogía del absurdo

La caverna es un laberinto filosófico donde lo onírico y lo racional tensionan los conceptos de percepción, verdad y representación. Inspirada en la alegoría de la caverna de Platón, la obra sitúa a cuatro personajes -Felicitas, Primitivo, Esperanza y Demián- en un espacio atemporal, una cabaña aislada, sin coordenadas claras de tiempo ni de espacio, mientras una escalera enigmática emerge como eje simbólico, representando la búsqueda de la verdad y la salida.

En la segunda entrega de la Trilogía del Absurdo, Luis Escalante construye la escena desde una rehabilitación contemporánea del absurdo, no como una estética muerta, sino como un dispositivo de fisura. “La caverna” no es una puesta para ser comprendida en términos convencionales, sino vivida como experiencia de extrañamiento, duda y resonancia simbólica. Su lógica es la del caos ordenado, del símbolo, del espectador que construye sentido mientras el mundo se descompone y se reconfigura frente a sus ojos.