Elogio del olvido

A través de la luz, la fotografía nos da claridad sobre el pasado nos da una sensación de permanencia sobre el recuerdo. La oscuridad, sin embargo, está igualmente dotada de cualidades para adentrarnos en la memoria y matizar el pasado. En Elogio del olvido Enrique Gramos experimenta con las posibilidades que le da la pintura para aproximarse al álbum fotográfico desde el olvido y la oscuridad. Utilizando tonos negros y rojos, y jugando con la distorsión de las figuras, Gramos hace un guiño hacia lo engañoso de la fotografía, enfatizando la naturaleza difusa que el tiempo imprime en la memoria, y subrayando que el olvido es inherente al recuerdo.