En ese contexto se entregó el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino, que correspondió en esa ocasión al poeta Hernán Bravo Varela, que con tan sólo diecinueve años, ha sido uno de los más jóvenes en obtener este reconocimiento. En este encuentro participaron alrededor de 100 jóvenes escritores de todos los estados de la República y el Distrito Federal.

Eventos como éste fueron parte de una política de vinculación directa y diálogo entre los autores jóvenes y sus públicos, apoyada fundamentalmente en presentaciones de cada uno de los libros publicados por el Fondo Editorial Tierra Adentro, tanto en los lugares de origen de los autores como en otras localidades. Asimismo, larevista y los libros de Tierra Adentro tuvieron presencia habitual en las principales ferias del libro organizadas cada año en todo el país.

La profesionalización de tales prácticas de promoción y difusión, de producción editorial y distribución, correspondió a la política del conaculta de complementar la oferta editorial existente en el país, con obras con escasa presencia en los catálogos de casas editoriales tanto públicas como privadas pero que revisten una gran importancia en el desarrollo cultural del país.

Tal es el caso de los primeros trabajos de aquellos escritores entre los que se hallan seguramente muchas de las voces que definirán en el futuro el rostro de la literatura mexicana y que hoy reclaman el aliento y el estímulo que representa contar con un público lector y participar con sus obras en el diálogo cultural nacional.

Hernán Bravo Varela, autor de Oficios de ciega pertenencia, ganador del Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 1999. Fotografía: Archivo del Programa Cultural Tierra Adentro

Luigi Amara, autor de El cazador de grietas, Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino, 1998. Fotografía: Archivo del Programa Cultural Tierra Adentro

Carlos Antonio de la Sierra, autor de Bajo el volcán y el otro Lowry, 1998. Fotografía: Archivo del Programa Cultural Tierra Adentro

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