En
tanto que en la frontera norte de México, se participó
en el Proyecto Binacional para Niños de Tijuana, y San
Diego, mediante talleres, exposiciones y un cortometraje de
dibujos animados. A la vez, por solicitud de los Institutos
Culturales Mexicanos de Atlanta y de El Paso, Texas, se organizaron
talleres infantiles de tradiciones mexicanas. Del mismo modo
se colaboró con el Museo de los Niños de San Diego,
con el Museo de los Niños de Chicago y con promotores
culturales independientes de esa ciudad norteamericana.
Por
otra parte, se organizó el curso "Elementos artísticos
y pedagógicos de la animación cultural infantil"
a solicitud de la Secretaría de Relaciones Exteriores
y de la Organización de Estados Americanos. Se impartió
en la ciudad de México a maestros y promotores de Argentina,
Chile, Guatemala, Paraguay y Uruguay.
Profesionalización
de promotores de cultura infantil
Durante
los últimos años se ha observado una demanda
creciente de servicios culturales para la población
infantil, la cual empezó a rebasar la oferta existente.
Se requirió no sólo ofrecer más bienes
y servicios a más niños, sino también
de mejorar su calidad.
Aunque
en el periodo 1995-2000 se ofreció un total de 986
cursos de capacitación y se atendió a un promedio
de 20 personas en cada uno de ellos, se hizo evidente que
ya era indispensable formar nuevos cuadros y brindarles más
oportunidades de profesionalización, especialización
y actualización a fin de enriquecer la oferta cultural.
Para
ello se ofreció un programa permanente de cursos entre
los cuales destacaron: "El arte de narrar cuentos y leyendas";
"Diseño ydesarrollo de proyectos culturales para
niños"; "Psicomotricidad y música
en el aula"; "Producción teatral de espectáculos
para niños"; Seminario de "Conducción
de grupos escolares en zonas arqueológicas y museos";
"Filosofía para niños"; "Cómo
acercar a los niños al arte colonial"; y "El
juego", facilitador de la expresión artística.
Aun
cuando estos y muchos otros esfuerzos han contribuido a ampliar
los horizontes vitales de millones de niñas y niños,
todavía no ha sido posible atender a la totalidad de
la población infantil de México garantizándole
el acceso continuo a los bienes de la cultura, e igualdad
de oportunidades de participación en la vida cultural.
Ése es el desafío al inicio del nuevo siglo
y del nuevo milenio, contribuir a que en México todos
los niños, sin excepción, disfruten de una infancia
plena.
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