Rendirán homenaje a Héctor Mendoza en el Palacio de Bellas Artes

Jorge Vargas
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  • Artes escénicas
Comunicado No. 2112/2010
30 de diciembre de 2010

La presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Consuelo Sáizar, adelantó que el destacado dramaturgo mexicano Héctor Mendoza, quién falleció la víspera en esta capital, recibirá esta tarde un merecido homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes.

     Tras arribar a la agencia funeraria donde el guanajuatense es velado, la funcionaria explicó que se hará una “pequeña parada” en el recinto de mármol, de las 15:00 a las 16:00 horas.

     “Vamos a Bellas Artes a presentar nuestro respeto y a montar una guardia de honor en memoria de un hombre que dio tanto al teatro y a México”, expresó.

     “Pensaba que teníamos muchos años más de quien fuera uno de los grandes personajes del teatro mexicano; el mejor teatro en lengua castellana se está haciendo en México, ahora el nivel teatral en el país es enorme y en mucho se lo debemos al trabajo de Héctor Mendoza", subrayó.

     Sáizar dijo estar sorprendida por la muerte de Mendoza y expresó que parecía que los días de luto de este 2010 ya habían terminado “pero no fue así”.

     Al respecto, la titular del Conaculta recordó que el pasado 28 de diciembre falleció el virtuoso de la marimba Zeferino Nadanyapa (1931-2010).

     Nacido en Apaseo, Guanajuato, el 10 de julio de 1932, a Héctor Mendoza se le considera precursor del teatro de vanguardia en México. Fue autor dramático, director de escena, profesor y teórico.

     Estudió literatura española en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como en la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

     Fue coordinador del teatro infantil en la UNAM; en 1953, recibió el premio Juan Ruiz de Alarcón por su obra Las cosas simples, dirigida por Celestino Gorostiza, la cual le mereció por vez primera la beca del Centro Mexicano de Escritores.

     En 1956 fue director de escena en el proyecto Poesía en voz alta, en el que participaron también los escritores Octavio Paz y Juan José Arreola, en la creación literaria, y los artistas plásticos Juan Soriano y Leonora Carrington en el desarrollo escenográfico.

     Entre 1957 y 1958, gracias a una beca de la Fundación Rockefeller, estudió en el Actor’s Studio de Nueva York, donde fue alumno del mimo Etienne Decroux.

     En su faceta de dramaturgo, escribió las piezas teatrales: Salpícamente de amor (1964), Los asesinos ciegos (1969), Las gallinas matemáticas (1981), Noches islámicas (1982) y La desconfianza (1990).

     También incursionó en el cine, con la dirección de la película Amor, amor, amor/ La sunamita (1965), de la que fue además guionista al lado de Inés Arredondo y Juan García Ponce.

     En diciembre de 1993 ingresó al Sistema Nacional de Creadores de Arte como Creador Emérito y en 1994 el Instituto Nacional de Bellas Artes le brindó un homenaje en reconocimiento a sus más de 40 años de labor como dramaturgo y director.

(Con información de Notimex)