El planteamiento de la obra Un transeúnte llamado pesero provocó una catarsis en el público

  • Artes escénicas
Información: JLB
Comunicado No. 86/2011
17 de enero de 2011

***Miguel Ángel Osorio dirige al grupo Filistés Teatro, de Iztapalapa  

***El Conaculta apoya la realización del XXIII Encuentro Nacional de los Amantes del Teatro, que concluye el domingo 23

La sencillez y honestidad de la obra Un transeúnte llamado pesero, del grupo Filistés Teatro, provocó una verdadera catarsis en el público que asistió al Teatro Jiménez Ruda para presenciar una más de las 42 representaciones que conforman la programación del XXIII Encuentro Nacional de los Amantes del Teatro.

      La obra, con un texto fragmentario, que hace oír al auditorio los pensamientos de los personajes, aborda la violencia, la falta de oportunidades, la flojera y la angustia que viven día a día millones de capitalinos.

      Frases como: “No puedo hacer otra cosa”, “Mañana lo entrego”; “Hoy me siento bonita”; “Ríos de tráfico”; “Rencor”; “Una cartera que robar”; “Algo con que entretenerse”; apoyado en un montaje de mucho esfuerzo corporal que obliga a los actores a hacer desplazamientos, caídas y hasta pirámides humanas.

      La pieza, de 40 minutos de duración,  aborda la alienación de los habitantes de la ciudad que “ante las situaciones más inverosímiles de la convivencia humana no mueven un solo dedo para romper la ‘mecanicidad’ del mundo que los rodea”, señaló el director Miguel Ángel Osorio Hernández.

      Al final de la función y con un nutrido aplauso el público premió a los actores que salieron nuevamente al escenario y con una “¡ya despierten!”, y también “¿de veras no se puede hacer nada? ¡Pues vamos a hacer que pase!”,  invitaron al público a tomar la palabra. Entonces se oyeron las voces de los que siempre están en silencio, en la oscuridad, en las butacas.

      Un señor de 65 años se quejó del alto precio que han alcanzado las medicinas, y también de que a “los partidos sólo les interesa la rebatinga por el poder, los ciudadanos no les importamos”. Una señora de 50 años, que lleva 30 años de maestra de primaria, señaló que “estamos así porque nos quedamos callados y agachamos la cabeza, por eso abusan de nosotros, no podemos esperar nada de los políticos, la gente tiene que resolver sus problemas, debemos aprender a no quedarnos callados”. Otro hombre, también mayor, felicitó a los actores y dijo que la obra “me parece muy redondita, bien montada, lo que no me gustó es este final”.

      La directora del Encuentro, la maestra Isabel Quintanar, señaló que lo que pasó con el grupo Filistés Teatro, de Iztapalapa, “fue muy importante, porque me dice que la trinchera en la que estamos es la correcta: el teatro es diferente al cine, al radio y la televisión, porque pone frente a frente a los seres humanos,  uno dice y el otro comprende, uno actúa y el otro reflexiona”.

      Un transeúnte llamado pesero es una versión libre de Circo para bobos, del dramaturgo Edgar Chías, con la inclusión de textos del propio director, Omar Esquinca Sánchez y Michelle Montiel Durán.

      Sólo seis actores y una escenografía mínima, conformada por unos cajones de madera pintados de diferentes colores, una iluminación correcta y algunos efectos y pistas musicales, le bastaron a Osorio para presentar los pensamientos de las personas que día a día se levantan de la cama y tienen que salir corriendo de sus casas a buscarse la vida.

      Cada pasajero, incluyendo el chofer, viajan en sumidos en sus pensamientos, viviendo a su manera sus conflictos y sus propio drama individual. Tres hombres y tres mujeres: Maco, Zula, Mona, Bolo, Lula, que encarnan a la presumida, la eterna enamorada, el ladón y el desesperado por encontrar trabajo, se unen en el trayecto inevitable.

      En la obra actúan Karina Miranda Reyes (Zula), Areli Dotor Estrada (Mona); Michelle Montiel Durán (Lula); Alejandro Gama Giles (Bolo); Omar Esquinca Sánchez (Maco) y Yafté Jaill Arias Arriaga (Chofer).

      Aunque los personajes comparten el mismo espacio en el transporte público, los separan mil y un prejuicios: están solos, son deseantes, pero desprecian al de al lado. Este viaje no tiene un final complaciente, una de las pasajeras lleva una pistola y está dispuesta a usarla. Al final están juntos, solos, y en la desgracia.

      El Encuentro Nacional de los Amantes del Teatro, que concluirá  el próximo 23 de enero, cuenta con el apoyo de la Coordinación Nacional de Teatro, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA-Conaculta) y el Centro Mexicano de Teatro AC, del Instituto Internacional del Teatro-UNESCO.