La puesta en escena Amarillo inicia su tercera temporada en el Teatro Julio Castillo del CCB
Comunicado No. 823/2011
02 de mayo de 2011
***Con la dirección de Jorge A. Vargas, la obra aborda el fenómeno de la migración a través de un paisaje cambiante donde las imágenes trascurren en el desierto fronterizo de Amarillo, Texas
Un hombre ha partido y no se sabe nada de él. Amarillo, Texas es el destino al que nunca llegó. Una mujer en la distancia reconstruye su cuerpo, su identidad, su probable itinerario y un discurso imaginado del ausente… ese hombre y esa mujer tienen múltiples rostros, cientos de miles de identidades que conforman la imagen de un pueblo en éxodo continuo que se vacía lentamente.
Esta es la trama central de la obra Amarillo que anoche inició su tercera temporada bajo la dirección de Jorge A. Vargas, en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.
En entrevista, el director de la obra explicó que Amarillo “es el encuentro con un especie de paisaje cambiante donde las imágenes trascurren en el desierto fronterizo y a partir de esa superficie árida y candente del desierto donde se han perdido miles de migrantes, tejemos una historia que es la de un viajero que intenta cruzar la frontera para ir a buscar otras oportunidades, otra vida y es en ese pequeño mundo, con esa pequeña anécdota que describimos todo el fenómeno de la migración, con todo su claroscuro, con esta especie de poesía del nómada que busca un mundo mejor y todos los peligros que nuestra contemporaneidad encierra”.
La puesta en escena dura una hora y en ella participan seis actores –cuatro mujeres y dos hombres- que recrean y describen el sufrimiento, la angustia, los delirios, la desesperación y los sueños rotos que viven por una lado, los miles de indocumentados cuando intentan cruzar hacia los Estados Unidos -si es que antes no son alcanzados por la muerte- ya que creen que ahí podrán tener una mejor vida y ganar mucho dinero y por el otro la familia de estos, principalmente sus mujeres que los esperan en sus casas con los hijos que dejaron y no conocieron.
Esto se observa en un momento significativo de la obra al inicio de la misma cuando un personaje desconocido que responde al nombre de “Juan, Enrique, Nacho, Antonio, Pepe”, que tiene “27, 38, 15, 24, 33, 42, 55 años” y que viene de “Lerdo, Torreón, Oaxaca, Chiapas, Hidalgo”, y que trae “un sombrero, una cachucha o una sudadera” le pregunta al publicó: “¿Qué, qué me ven? Si yo no soy nadie. Soy el que no tiene dinero y busca llegar lejos” o cuando una de las mujeres dice: “Busco tu voz en el silencio… a veces sueño que regresas, que estas en casa y llegas tarde”.
La función se caracteriza –indica el director- por un juego de relativización de la mirada a través de dispositivos de video y de proyección como videos de los viajes que realizan los indocumentados en tren, frases en inglés o tomas en vivo desde diferentes puntos del escenario en donde los seis actores en escena interactúan entre ellos y con los objetos que ahí se encuentran; lámparas, zapatos, camisas, pantalones, faldas, más de 50 bidones con agua, medio paquete de pan, un atún, una mayonesa y sobre todo arena como elementos materia escénica.
“Empezamos a trabajar con la proyección de un muro, que es un muro de 14 metros por 6 metros de altura y que en sí mismo era una superficie de proyección, empezamos a trabajar sobre materiales documentales proyectados sobre ese gran muro y algunos otros juegos ópticos con la idea de que el muro se volviera penetrable, por lo menos a través de ciertos dispositivos. A partir de ahí empezamos a trabajar esa relación entre la imagen digital y la imagen real del actor”, puntualizó el también miembro del Sistema Nacional de Creadores.
Estos elementos pueden observarse en otra acción memorable de la puesta en escena donde los actores describen la soledad, los momentos de locura y la tristeza por la que pasan los indocumentados cuando atraviesan el desierto y se encuentran muy lejos de su tierra; “No llueve pero hay algo que me moja la espalda: la lejanía”, “A morir a los desiertos, me voy del ejido y veo una estrella marinera, me pongo a pensar…estoy lejos de mi tierra” o “Yo soy invisible y eso no lo saben”.
Un aspecto a destacar de la obra es que a diferencia de otras, en esta el público notará que un actor recurre a la técnica del canto armónico en vivo –para musicalizar las escenas- que consiste en utilizar los resonadores de la voz para hacer un canto de tipo multifónico, es decir, varias notas al mismo tiempo.
En la obra participan tanto en la creación como en el reparto Raúl Mendoza, Alicia Laguna, María Luna, Vianey Salinas y Antígona González y en la voz, música y samplers Jesús Cuevas. La idea original es de Jorge A. Vargas y Héctor Borges y cuenta con los textos de Gabriel Contreras y la música original del Colectivo Nortec.
Este proyecto es presentado por Conaculta Teatro a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Coordinación Nacional de Teatro y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, con la producción de Teatro Línea de Sombra y México en Escena.
La taquilla generada en esta temporada será donada por Teatro Línea de Sombra en beneficio de la labor que realiza “La Patrona”, un grupo de 14 mujeres que viven en el municipio de Amatlán de los Reyes, Veracruz y que desde hace 15 años diariamente dan bebida y comida a los emigrantes que viajan sobre los trenes de carga hacia Estados Unidos. Algunas de las integrantes de este grupo estarán presentes y platicarán con el público asistente en la función especial que se realizará el día 14 de mayo.
Amarillo se presenta del 29 de abril al 5 de junio en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque que se ubica en Reforma y Campo Marte s/n los días jueves y viernes a las 20:00, los sábados a las 19:00 y los domingos a las 18:00 horas. La entrada general es de $150 pesos y para maestros, estudiantes e INAPAM presentando su credencial en la taquilla se les hará un descuento del 50%. Esta función también se encuentra dentro de la promoción “Jueves de Teatro” por lo cual los asistentes a la obra este día sólo pagan $30 pesos.