Lo último más grande que se ha aportado a la danza es el legado de Pina Bausch: Raquel Tibol

  • Artes escénicas
Información: PRZ
Comunicado No. 1412/2011
13 de julio de 2011

***La lucidez inalterada de la especialista la mostró de nuevo en el Museo Nacional de Arte del INBA-Conaculta

***En su charla habló de las aportaciones de Isadora Duncan y de Vasconcelos

Lo último más grande que se ha aportado a la danza es el legado de Pina Bausch, después de ella, no ha habido otra aportación. Ella es grande porque comprendió que no se podía competir con los muchachos que bailan en la calle esa danza brutal que se llama break dance.  Es casi imposible que un bailarín de escenario logre ese estilo, pero quienes lo han realizado, lo aprendieron primero en la calle.

La idea fue expresada por la crítica de arte Raquel Tibol durante la impartición de la conferencia magistral Del verbo nació la danza II, en el Museo Nacional de Arte del Instituto Nacional de Bellas Artes, del Conaculta. La charla fue parte de las actividades de clausura de la muestra: Imagen, ritmo y movimiento. Escenarios plásticos de música y danza, que actualmente se exhibe en el recinto y concluirá el 24 de julio.

        Sobre el tema de la danza contemporánea, la maestra comentó que lo que se está haciendo en Rusia hoy es de excelencia técnica porque preparan muy bien los cuerpos de los bailarines, "pero hay cursilería. Cómo México se ha formado en gran parte en la técnica rusa a través de Alicia Alonso que vino a formar a los bailarines mexicanos, los forman muy bien".

        Ejemplificó que en la compañía de Guillermina Bravo estuvieron algunas buenas bailarinas. "Ella solía ir a buscar a los integrantes de sus grupos a prostíbulos y entre los lancheros de Acapulco y algunos de los grandes salieron de esas conquistas".

        La maestra, de lucidez inalterada expresó que "hoy por hoy no se puede decir que hay buenas compañías en México. Tania Pérez Salas, quien se formó con Xavier Francis, es la que más se ha esforzado por hacer una danza nueva pero su cuerpo no está totalmente formado para la gran danza. La gran danza es de una dificultad brutal y lo que dice Alfonso Reyes, que hay que sumar ese diálogo de las partes del cuerpo, ella no lo logra hacer".

        Observó que en nuestro país hay muchos grupos, "qué bueno que así sea, pero tienen el peso negativo de que si hacen reality shows, los siguen programando de duetos de las danzas de hace doscientos años. No se pensó en la danza contemporánea, ya no digo en la danza moderna, siquiera. Pero también aferrarse a la danza de antaño es culpa del público. El público es un peso muerto porque impide que se expresen  los grupos que han trabajado cuestiones muy interesantes dentro de sus limitaciones de presupuesto".

        Sobre Gloria Contreras, a propósito de una pregunta del público, la maestra, respondió que no le gusta: "Ella dice que hace Balanchine, pero pobre de él, si fuera así. El grupo siempre baila lo mismo y los integrantes no hacen bailar la cabeza con los pies ni la cadera con las manos".

        Con un estilo particular con el que hace participe al público de su conferencia, la especialista en arte se refirió al ejemplo que ofreció Isadora Duncan y a lo que Vasconcelos logró en México siguiendo el legado de la Duncan.

        La autora de una obra sobre la danza mexicana y especialista en Diego Rivera y Frida Kahlo, entre muchos otros artistas plásticos mexicanos, citó a los grandes mexicanos que han contribuido con sus escritos y su participación en la cultura mexicana al desarrollo de la danza, como Miguel Covarrubias, las hermanas Campobello y Alfonso Reyes que escribió las leyes del Ballet Moderno.

        Citó entre muchas ideas, que la danza hecha en México tardó mucho en comenzar a alcanzar el esplendor de su propia forma tal como Vasconcelos reclamaba con exaltación crítica: "Debieron pasar algunas décadas para que se trabajara intensamente en ese camino intuido por Vasconcelos después de admirar los ballets rusos".