La cuerda floja, documental que retrata la vida de un grupo de cirqueros de Texcoco, se estrena en la Cineteca Nacional del Conaculta
Comunicado No. 1417/2011
14 de julio de 2011
***La realizadora Nuria Ibáñez, quien desde 2009 ha presentado este trabajo en diversos espacios, dio a conocer los pormenores del lanzamiento de su filme
Sin victimizar, sin tristeza, pero sí con una gran dosis de ingenio para mostrar que un ser humano puede ser feliz si se dedica a lo que más ama, la cineasta Nuria Ibáñez se convirtió durante varios meses en la sombra y testigo de un grupo de cirqueros pertenecientes a la compañía Aztlán para realizar el documental La cuerda floja.
A bordo de un destartalado camión, los cirqueros guiados por Marce, su esposa Adriana, sus dos hijos, Mario y Jacqueline, y Carmelo, el joven novio de ésta última, recorren las comunidades de Texcoco, donde ya han logrado conformar algún público.
La realizadora, quien ha tenido experiencia como periodista, recordó que el primer contacto con la familia lo tuvo en 2005, mientras realizaba el trabajo para una revista.
“Ellos fueron hijos de cirqueros, que a su vez fueron descendientes de cirqueros, así hasta retroceder siete generaciones que han transmitido de padre a hijos su amor por el circo”.
En aquel primer encuentro la cineasta mencionó que ni agua corriente, ni luz eléctrica, ni las grandes comodidades del ideal de bienestar habían irrumpido en la vida de esta familia de cirqueros, quienes no obstante se entregaban con gran pasión a su labor.
“Sus leyes son otras: acampar en algún lugar cercano a un río o fuente, reutilizar el agua hasta sus últimas consecuencias, vagar de un lugar a otro, ganar lo mínimo para la gasolina, levantar la carpa, hacer reír, entusiasmar al público, recoger la carpa y seguir actuando”.
En el documental se aprecia la vida diaria de la familia de cirqueros, convirtiéndose la directora en una amiga y confidente que a momentos logra el efecto de lo que Agnes Varda llamó “la cámara invisible” para entrar en la vida cotidiana de cada uno de sus miembros.
La realizadora explicó haber quedado fascinada con el orgullo y la tenacidad con la que cada uno de los miembros de la compañía Aztlán realiza su espectáculo, sabedores de que hay una férrea competencia por parte de los circos establecidos que también se han instalado en la periferia de la ciudad.
En la investigación que dio como resultado este documental se cuenta que Marce fue nieto del famoso payaso Rabanito y ha probado casi todas las vertientes del espectáculo cirquero, desde malabarista, trapecista y equilibrista hasta veleta de icarios, fuerte de pulsadas, ágil de pulsadas y payaso.
“Hay gente que nace siendo payaso natural y hay gente muy seria que tiene que hacerse payaso, por lo que tiene que sufrir una transformación. Yo me encuentro entre estos últimos. Me costó mucho trabajo ser payaso por mi carácter, porque soy muy estricto. En cambio cuando estoy maquillado me convierto en una persona”, afirma Marce, cabeza de la compañía Aztlán.
Su esposa Adriana también es payasa. Hizo malabares, equilibrios, ballet, escalera y otros números de altura, pero sus tres operaciones de hernia, agravadas por sus cuatro embarazos, le impidieron seguir haciendo números de gran esfuerzo físico.
Pero no le importa, ella opina que en el circo todas las etapas de la vida tienen un espacio y ahora le ha tocado hacer reír al público. “Nací en el circo y en el circo me quiero morir”, afirmó Adriana.
Precisamente por esa devoción a su espectáculo, Ibáñez consigue secuencias entrañables en este trabajo, mismas que en su opinión son muestra de cuánto puede hacer un ser humano por su necesidad de expresarse en esta vida.
“El público a veces es muy escaso, las condiciones de extrema pobreza en la que viven no se pueden ocultar, sin embargo esas cuestiones quedan aparte al ver la manera como disfrutan hacer sus actos, creo que ante todo busqué un punto de vista que no fuera ni lastimero ni paternalista, sino absolutamente de respeto con su expresión”.
Este documental ha sido ha obtenido, entre otras distinciones, el XVI Festival Visions du Reel, 2010; el Apoyo del Jan Vrijman Fund para producción y la Beca Gucci Ambulante.
La cuerda floja se estrenará el próximo viernes 15 de julio, en la Sala 6 de la Cineteca Nacional. La entrada para la función de las 19:15 horas será gratuita. Para mayores informes, www.cinetecanacional.net.