José Luis Ibáñez y Ana Ofelia Murguía participaron en la presentación del ciclo “Programa de programas”
Comunicado No. 174/2012
28 de enero de 2012
***En el Centro Cultural del Bosque del INBA/Conaculta, recordaron anécdotas en torno a obras, colegas y movimientos teatrales

Con una charla informal que encendió la nostalgia en expertos y entusiastas de los movimientos teatrales del último medio siglo en la escena mexicana, fue presentado la noche del viernes 27 de enero el ciclo “Programa de programas”, con la participación del director José Luis Ibáñez y la actriz Ana Ofelia Murguía.
En el Centro Cultural del Bosque, ambas figuras del teatro mexicano recordaron momentos clave de la escena mexicana, con la moderación de Alberto Castillo, quien centró la charla en abundar sobre los aspectos más relevantes en la dramaturgia, el montaje y la dirección de obras aparecidas en la cartelera del último medio siglo.
José Luis Ibáñez y Ana Ofelia Murguía enumeraron algunas de las puestas en escena que se convirtieron en parteaguas de la manera de hacer teatro en México, como lo fueron Se compra sabio, de 1967; Viejos tiempos, de 1972 y Flores de papel, de 1973.
Al recordar también el inspirador montaje de Ricardo III de Ludwik Margulles, estrenado en 1971, José Luis Ibáñez recordó que en esa época el teatro era revitalizado por productores particulares y funcionaba de una manera ecléctica económicamente.
“Esas fórmulas de antaño están encontrando nuevas vías en el presente, porque de esta manera se fortalece la calidad de espacios, escenografías, extensión de temporadas y remuneración de actores”.
Mencionó que una de las características del teatro universitario es que siempre defendió la calidad y diversidad de las obras, mostrando lo mismo trabajos de Juan José Gurrola, Héctor Mendoza, Héctor Azar, Juan García Ponce, Luis G. Basurto y Emilio Carballido.
“Esa diversidad se sostenía por el interés de todos, lo mismo se miraba una obra de un autor desconocido que de un director o dramaturgo consagrado. El teatro universitario sin duda sembró la semilla para la evolución de la escena mexicana en la décadas siguientes”.
El director abogó por volver a convertir al teatro en una necesidad primordial para el espectador joven, pues recordó la época cuando acudir a una función se convertía casi en un reto de vida para los estudiantes de su generación.
Evocó cuando en los años cincuenta o sesenta, durante un homenaje a la gran trágica mexicana María Teresa Montoya, no había manera de entrar a Bellas Artes, pero él y sus compañeros teatristas hicieron hasta lo imposible por conseguir boletos en las galeras.
“Esa gran actriz fue una gran inspiración, cuando uno ama el teatro hace lo que sea por verlo, por eso debemos apostar por inculcar a los jóvenes una cultura teatral para el propio fortalecimiento del país”.
Entre momentos de nostalgia, donde incluso se recordaron a figuras como Isabela Corona, los montajes con Ofelia Guilmáin, así como los monólogos de Carlos Ancira, la actriz Ana Ofelia Murguía afirmó que la escena de los últimos cincuenta años debe seguir siendo analizada y revalorizada por las nuevas generaciones.
“De ahí que ciclos como este inviten a que esos grandes artesanos de la escena en México sigan presentes”, afirmó la actriz, quien recordó también al gran director Seki Sano, a quien calificó como uno de los grandes creadores de la escena en México, además de constructor de los cimientos del andamiaje escénico de futuras generaciones.
Finalmente, entre anécdotas entrecruzadas, Murguía recordó con humor cuando alguna vez la escritora Elena Poniatowska escribió en una crónica que ella había lucido unas piernas muy bonitas en un montaje teatral, mencionando que el teatro es un arte tan efímero y a la vez tan eterno que esos pequeños momentos se labran como bronce en su memoria.
“El teatro mexicano se ha hecho con mucho esfuerzo, con el sudor y pasión de muchas generaciones de directores, actores y dramaturgos. Todos quisiéramos contener esos momentos en el tiempo, y la única manera es narrar esas vivencias a las nuevas generaciones para que no se pierdan en el tiempo”, concluyó.