El Centro Cultural del Bosque agrega montajes para niños y adolescentes a su programación

  • Artes escénicas
Información: CGP
Comunicado No. 849/2012
18 de abril de 2012

***Pato, muerte y tulipán invita a la reflexión acerca de la mortalidad

***Kiwi, del dramaturgo canadiense Daniel Danis, aborda la realidad de los jóvenes que viven en la calle

El Centro Cultural del Bosque albergará dos puestas en escena dirigidas al público infantil y adolescente. Se trata de  Pato, muerte y tulipán y de Kiwi, que iniciarán temporada a partir del 21 de abril abordando temas como la muerte, por un lado, y por el otro la solidaridad y voluntad que pueden existir entre los niños en situación de calle.

Con una adaptación del texto escrito por Wolf Erlbruch, Pato, muerte y tulipán invitará al público a viajar a través de un enorme libro para conocer las aventuras de un pato que pasa de ser un dibujo a un personaje real que se enfrentará a la muerte.

Dirigido por Haydeé Boetto, se trata de una propuesta en la que títeres interactúan en espacios extraídos de un libro gigante con hojas de papel de tres metros de altura y textos que pueden ser leídos por niños a partir de seis años de edad.

“La estética de la obra se basa en la de un enorme libro que posee los escenarios por donde transita el personaje del pato. Incluso hay una propuesta de acceder al teatro de otra manera, mediante  una especie de túnel. Nos gusta porque sentimos que la obra tiene esa limpieza y porque se nos hizo un material interesante para experimentar al lado de las actrices y los títeres”, comentó  Haydeé Boetto.

En el montaje participa Daniela Arroio y Micaela Gramajo, quienes se convierten en actrices narradoras que también manipulan tres títeres para incitar a la reflexión del público infantil sobre aspectos relacionados con la curiosidad y la muerte.

Nuestra intención no es deprimir a los niños sino que vean la muerte como una etapa más y un acompañante permanente en su vida. El mensaje es que dependiendo de la relación que tengamos con nuestra muerte es como vivimos”, agregó Boetto.

Pato, muerte y tulipán iniciará funciones a partir del 21 de abril y hasta el 1 de julio excepto el 29 de abril y el 5 de mayo con funciones los sábados y domingos a las 12:30 horas en el Teatro El Granero del Centro Cultural del Bosque ubicado a espaldas del Auditorio Nacional.

Reflexión sobre la realidad de la calle

Con la intención de ofrecer un montaje dirigido al público adolescente, Boris Schoemann dirige Kiwi del dramaturgo canadiense Daniel Danis que aborda la historia de una niña que luego de ser abandonada por sus tíos, reinicia su vida al lado de un grupo de niños de la calle que sobrevive cuidándose entre ellos.

Schoemann explicó que se trata de una obra fuerte en la que la niña es testigo de la vida, el amor, la sobrevivencia de estos jóvenes dentro de un submundo que se ve amenazado ante la llegada de los próximos Juegos Olímpicos,  lo que provoca que la policía empiece a hacer una limpieza étnica.

“Hay pocos textos para adolescentes interesantes en la dramaturgia contemporánea, es un público que nos interesa muchísimo y creo que es importante tocarles los temas fuertes que suceden a su alrededor siempre con humor y con ternura”.

Agregó que se trata de un montaje minimalista ya que las imágenes están en el texto y se apela a la imaginación de los espectadores a partir de los diálogos de los actores en los que recae toda la atención.

La actriz Olivia Laguna, quien participa al lado del actor Guillermo Villegas, comentó que sin caer en el melodrama, la obra intenta mostrar que los niños en situación de calle no viven su vida como una tragedia.

“Simplemente viven el día a día y si se caen se vuelven a levantar. Su [mundo] cotidiano no se lo cuestionan y aquellos que logran sobrevivir es porque están dotados de una fuerza interior que en este caso el personaje de Kiwi refleja muy bien”.

Kiwi se presentará a partir del 21 de abril hasta el 1 de junio, excepto el 29 de abril y 5 de mayo, con funciones los sábados y domingos a las 13 horas en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque. La puesta en escena es recomendable para adolescentes a partir de los 12 años de edad.