O Vertigo marca la delgada línea que separa la locura de la salud mental
29 de octubre de 2009
***La compañía quebequense llega al Festival Internacional Cervantino, con su nueva versión de La Chambre Blanche, reestrenada con gran éxito en 2008
***Los bailarines Marie Eve Nadeau y Robert Milleur, hablaron en conferencia de prensa sobre esta obra, que inició funciones ayer, en el Teatro Principal

La Chambre Blanche (La habitación blanca) “trata del encierro, del desequilibrio psíquico y de la delgada línea que separa la locura de la salud mental”, explicó Marie Eve Nadeau, bailarina de la compañía de danza O Vertigo, en conferencia de prensa acerca de su actuación en el Teatro Principal, donde ofrecerán tres funciones, hasta el 30 de octubre, dentro del 37 Festival Internacional Cervantino.
En este espacio intemporal, que podría ser un hospital psiquiátrico o un baño público, se representa el encierro, el desequilibrio mental y la necesidad de escapar a este entorno viciado. Se trata de un lugar totalmente cerrado, con una pequeña puerta al fondo, dentro del cual se encuentran nueve bailarines interactuando. En la obra, su creadora Ginette Laurin jugaba mucho con movimiento y espacios, “lo cual resultaba interesante para ver cómo se daba la interacción de los personajes en este lugar cerrado, que está concebido desde el punto de vista de un niño, lo cual se hace más notorio cuando las ventanas de la habitación son muy altas”, continuó.
“Mi reto particular fue deshacerme de la imagen de la primera versión para involucrarme en la segunda, el escenario estaba completamente cerrado en la primera, y en la nueva pieza existe una pequeña puerta”, afirmó Nadeau, en la reunión con los medios de comunicación, a la que asistieron también el bailarín Robert Milleur y Alain Bulduc, administrador de la agrupación quebequense.
La Chambre Blanche fue estrenada en 1991 por Ginette Laurin, la bailarina canadiense que desde los años 70 se volvió una intérprete muy solicitada, quien presenta una versión actualizada para el Cervantino, de la coreografía que sucede en un lugar excepcional e imponente. En 2008, con intérpretes y música nuevos, se reestrenó dicha pieza y, coreográficamente, uno de los renovadores fue el propio Robert Milleur, quien describe que su danza sucede en el entorno “majestuoso e impresionante”, de una nueva habitación blanca.
Marie explica su perspectiva como intérprete. Para ella no hay una conexión tan fuerte con la primera obra, puesto que, entonces, sólo fue un espectador. “Todo el trabajo del personaje fue para mi un reto físico, en las puntas del baile y en la definición de la locura que envuelve a mi personaje”.
Milleur señaló que “el punto de partida de la segunda obra fue diferente, pues ya había una investigación importante sobre la interpretación de los personajes; sobre el estado de desasosiego y frenesí al que se ven forzados”.
La diferencia entre una y otra habitación, explicaron estos bailarines, radica en que Ginette guardó la esencia del trabajo original, pero los cambios son notorios en elementos como la música, que en los años 90 era más de sintetizadores, y el entorno sonoro de la versión actualizada se ha modernizado de acuerdo a nuevas tendencias. En el caso de los intérpretes, estos siguen siendo los mismos. “A nivel musical se guardó una sección de la obra para la danza, igual que en la original; se querían crear más escenas en un inicio, sin embargo, al final nos parecieron innecesarias”, explicó Marie.
El grupo quebequense inició sus actividades de creación, y de difusión de las obras de su directora artística y coreógrafa, Ginette Laurin, en 1984. Desde su origen, la compañía se dedicó a la creación, pero también a la investigación y formación en la danza. En la puesta, seis mujeres y tres hombres se encuentran dentro de un espacio impenetrable que les hace perder el equilibrio. Al intentar romper el aislamiento, surgen situaciones en las que el ser humano se observará en un espejo.
Escenarios donde no hay manera de escapar, es lo que ofrece la obra de la compañía de danza O Vertigo, que se ha presentado en diversos países en todo el mundo y provocó desde su creación un gran entusiasmo y aceptación por parte del público. Al retomar la obra, guardaron la esencia original para recrearla y presentarla en escenarios como el dispuesto en la 37 edición del Festival Internacional Cervantino, donde se presentará hasta el 31 de octubre a las 18:00 horas, en el Teatro Principal.