Realizan intervención en el Teatro El Galeón

  • Artes escénicas
Información: MAC
Comunicado No. 1125/2010
26 de julio de 2010

***El laboratorio escénico Teatro Ojo ofrece una propuesta a partir del libro El sexo y el espanto, de Pascal Quignard

***“Proponemos un dispositivo abierto, un entrecruce de lenguajes”, señaló Héctor Bourges, autor y director de la intervención

Desde hace casi siete años, el libro Albicius, del escritor francés Pascal Quignard, ha detonado, de una u otra forma, diversos proyectos del laboratorio escénico Teatro Ojo. Al ser invitados para intervenir el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque, este grupo de creadores desarrollaron la pieza Colección de imágenes obscenas a partir de El sexo y el espanto, también de Quignard.

Esta invitación, explica Juan Meliá, coordinador nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes, tiene la intención de abrir los recintos del Centro Cultural del Bosque a los discursos y propuestas de la teatralidad contemporánea.

       “El propósito era abrir un espacio a la reflexión en donde un creador pudiera hacer lo que quisiera en relación a investigar hasta dónde puede llegar lo teatral, el concepto de un actor, de una escenografía, de una dramaturgia”, señaló Meliá al presentar ante los medios informativos la intervención Colección de imágenes obscenas.

       Héctor  Bourges, autor y director de la instalación, señaló que el pretexto para intervenir el Teatro El Galeón fue el libro El sexo y el espanto, de Pascal Quignard. El hombre es aquel a quien le falta una imagen, dice el autor francés. ¿Qué más nos falta?

       “Proponemos un dispositivo abierto, un entrecruce de lenguajes. Ensayamos este proyecto como un proceso de construcción de posibilidades espaciales y metafóricas a partir de las imágenes fascinantes (fascinum) y detenidas del erotismo propuestas por el escritor francés así como por las búsquedas estéticas del grupo.

       “Proponemos una colección regida por arte combinatoria propia. Y un espacio a donde el espectador pueda volver cada vez que quiera, como vuelven al bosque los niños de los relatos, o como vuelve la mirada hacia atrás en busca de la ciudad que deja”, señaló Héctor Bourges.

       Teatro Ojo, dirigido por Héctor Bourges, es un laboratorio escénico que pretende constituirse como un espacio para la reflexión y la exploración escénica enfocada a desarrollar las posibilidades creativas que nos ofrece la vinculación entre el arte, la ciencia y la tecnología; así como la comprensión de las formas de recepción de la obra por parte de los espectadores.

       El montaje de Colección de imágenes obscenas a partir de El sexo y el espanto, consideró Bourges, es la posibilidad de volver un poco más porosas las instituciones y de reflexionar cómo los edificios teatrales tendrían que aceptar muchos más discursos y no que los discursos se tengan que adaptar a las instituciones.

       El texto Albucius, fue retomado por el laboratorio escénico como punto de partida para este dispositivo, aunque casi la totalidad de los textos son del libro El sexo y el espanto. “Hemos creado un proyecto que no empieza ni se detiene aquí porque de distintas formas nos ha acompañado por cerca de siete años”.

       Albucius era un declamador romano que se dedicaba a escribir sobre las cosas concretas, lo que va a morir, se va a pudrir, a lo sórdido. Según Quignard, Albucius ubicaba una quinta estación que no estaba en el calendario romano, que ocurría entre julio y agosto en lo que hoy es nuestro calendario.

       “Estamos en los sueños y la anacronía. Persigo esta estación que no es. Estación que es el vacío del tiempo, que es el vacío de ella misma, al menos el vacío que en ella se precipita […] Estación que es la vacación encarnada, en ese sentido infantil y casi silencioso. Vacación a veces tan vacía que de vez en cuando la acompaña la desesperación, que no es más que el nombre del deseo del acecho para aquel que ha perdido la infancia que estaba en él. Estación parásita que forma bolsas y agujeros en el universo del tiempo. Estos agujeros se llaman lectura, música, ocio, amor.

       “Otra duración muy anacrónica la gobierna y suscita alrededor espacios más o menos reales y desleales, campo de descanso […] nidos o islas o refugios que son a la vez ficticios y persistentes. Esos espacios desleales se llaman templum, teatros, salas de concierto, galerías amateurs, camas, el extraño territorio de las páginas de los libros, el sexo que el deseo desarrolla o el extremos del vientre, tan dulce, de la persona amada”, señala Pascal Quignard en Albicius.

       Al precisar las características de la intervención, Héctor Bourges señaló que no es multidisciplina, simplemente otros lenguajes que están atravesando no solo el terreno de las prácticas artísticas, sino también el terreno de las producciones culturales, algunas encaminadas al activismo político o a la ecología, etcétera. “Me parece que el teatro como institución que conlleva edificios, escuelas, posiciones y un cierto poder, evidentemente se ha ido desmoronando y la teatralidad se ha ido regando a otros terrenos que pisa el arte contemporáneo, entre otros ámbitos”.

       Colección de imágenes obscenas a partir de El sexo y el espanto de Pascal Quignard, permanecerá en exhibición en el Teatro El Galeón del 23 de julio y hasta el 14 de agosto de 2010, en un horario de lunes, miércoles, viernes y sábados, de 11:00 a 21:00 horas. La entrada es libre.