Uno, dos, tres… violencia, pieza que intenta reconciliar dos mundos: el de la destrucción y el del amor

  • Artes escénicas
Información: JLB
Comunicado No. 1515/2010
30 de septiembre de 2010

***David Gaytán presentó su pieza como parte del Dramafest Bicentenario en la Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico

La violencia gratuita, sin razón, sólo por el placer de ejercer poder sobre los demás, es el motor de la obra Uno, dos, tres... violencia, del joven dramaturgo David Gaytán, de la cual se realizó una lectura dramatizada en la Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico, como parte de las actividades del Dramafest Bicentenario.

       En entrevista con Conaculta, el autor y director David Gaytán, recién egresado de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT), del INBA, destacó que “la obra es un intento por reconciliar dos mundos: el de la violencia irracional, la lastimar y matar personas, y el mundo de frágil y lleno de fantasías de la pasión amorosa”.

       Ésta es una obra que escribí hace dos años y  medio, la tenía en un cajón, y afortunadamente la leyó Aurora Cano, directora del Dramafest y me invitó a presentarla en una lectura dramatizada como parte de la programación del festival.

       Aseguró que la violencia presente en la pieza es “la violencia que tenemos enfrente en el país, siento que como artistas y como creadores es difícil no hablar de eso; frente a una realidad que hoy en día es tan aplastante es una necesidad y una obligación de los artistas hablar al respecto”.

       La obra nos cuenta la historia de Gonzalo, el mafioso de la localidad, que siempre está acompañado por sus tres guardaespaldas. Gonzalo cela a su amante Elena y por ello contrata al cantinero del bar que ésta frecuenta, Andrés, para que le informe de sus movimientos. Cuando Gonzalo, un hombre culto y de refinadas manera, se entera que Elena tiene un amante se desata la violencia…

       –Pero la violencia nunca es gratuita…

       –Lo que yo me planteé es no caer en el lugar común de la violencia, no quería hacer una obra que tuviera un tono panfletario, que en un afán didáctico se fuera hacia un tono que me no me interesaba. Quería contar una historia dentro del universo de la violencia, porque creo que este fenómeno se ve con mucho romanticismo o, de plano se le sataniza. Yo quería un enfoque entre fársico y dramático.

       –Me pareció que  más bien ronda la comedia.

       –Tiene una búsqueda constante hacia el humor negro, que creo que es parte de la idiosincrasia del mexicano que, ante una desgracia o para poder sobrevivir en un medio hostil, siempre se ríe al respecto o le encuentra un ángulo distinto y gracioso. Creo que el personaje de Gonzalo tiene ese lado de humor y de fragilidad inmerso en un mundo violento.

       –Hacia el final, la obra da un giro de 180 grados y se conocen las verdaderas motivaciones de Gonzalo.

       –Así es, bueno, porque mi interés formal, a nivel de dramaturgia, fue juntar dos temas que usualmente no vemos como muy unidos, que son el amor homosexual y la violencia extrema. Quería tratar de humanizar la violencia, sin por ello favorecerla o aceptarla, sino verla como parte de los seres humanos. Creo que sí justifico la violencia, pero explico sus motivaciones; además como te decía quise juntar la sensibilidad y fragilidad con la violencia burda. Sólo eso.

       En la lectura dramatizada de la pieza Uno, dos tres…violencia, de David Gaytán, participaron los actores Rodolfo Nevarez, Tomás Rojas, Marco Norzagaray, Mauricio Jiménez (miembro del Sistema Nacional de Creadores del Fonca-Conaculta), Pedro Mira, Carmen Ramos (becaria del programa de Creadores Escénicos 2010-2011), Guillermo Nava, Diana Sedano (miembro de la Compañía Nacional de Teatro) y Antón Araiza.