Ven una vigencia muy importante en la obra de Saturnino Herrán
Comunicado No. 97/2011
18 de enero de 2011
***El Museo del Palacio de Bellas Artes invitó a recorrer por última ocasión la exposición Saturnino Herrán. Instante Subjetivo
***El recorrido estuvo a cargo del nieto del pintor, Saturnino Herrán Gudiño, quien destacó la propuesta curatorial de esta muestra
***Tras su exhibición en Bellas Artes, esta exposición será presentada en diversos recintos de Aguascalientes, Guadalajara y Oaxaca
El mensaje contenido en las obras de Saturnino Herrán nos invita a detener la guerra, a ver a la persona que tenemos enfrente y sus valores, por ello, es un trabajo de gran vigencia, consideraron Itzel Vargas, directora del Museo del Palacio de Bellas Artes y Saturnino Herrán Gudiño, nieto del artista, quienes invitaron al público interesado a recorrer por última ocasión la exposición Saturnino Herrán. Instante Subjetivo.
La exposición Saturnino Herrán. Instante subjetivo, presentada en el Museo del Palacio de Bellas Artes del 27 de octubre de 2010 al 16 de enero de 2011, brindó al público la posibilidad de ver con nuevos ojos la vida y obra de uno de los artistas más significativos de la historia del arte mexicano. Esta muestra reunió 107 piezas, entre óleos, dibujos, acuarelas, ilustraciones, proyectos de murales y fotografías.
La directora del Museo del Palacio de Bellas Artes explicó que originalmente estaba planeado para cerrar la muestra, que el artista Víctor Muñoz ofreciera una charla, pero éste no pudo asistir por problemas de salud. Víctor Muñoz se formó como parte del Grupo Proceso Pentágono, una asociación de artistas que se promulgó en contra de la división entre disciplinas, y desde hace más de 40 años adquirió una fascinación por la obra de Saturnino Herrán.
Saturnino Herrán Gudiño, guionista y realizador de documentales educativos y culturales con los que ha recibido premios nacionales e internacionales y ha curado varias exposiciones, entre ellas la de su abuelo, Saturnino Herrán. Instante subjetivo, explicó que el interés de Víctor Muñoz estriba primero en la calidad plástica de la obra de Herrán, en los temas, en la vigencia de la obra y porque a partir de la hegemonía del muralismo, Saturnino quedó un poco rezagado y por lo tanto poco difundido.
“Esta exposición presentó por primera vez la obra de Saturnino Herrán con núcleos temáticos definidos, donde se puede apreciar y se tiene una idea muy diferente sobre lo que se había visto de él. Estuvo acompañada de un libro-catálogo que fue coeditado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Instituto Cultural de Aguascalientes.
“A partir de 1976 Víctor Muñoz tuvo contacto con algunas piezas de Saturnino que fueron muy sobresalientes, que le llamaron mucho la atención porque entendió la actitud del pintor ante un problema social. Víctor tuvo una profunda identificación con las motivaciones, con la percepción del país y la vigencia de la obra de Herrán”, dijo.
En 1918 se realizó la primera exposición póstuma dedicada a Saturnino Herrán, apenas un mes y medio después de su muerte, y ésta fue organizada por la Universidad Nacional de México. En 1948, en los primeros años de existencia del INBA, ese instituto organizó otra muestra; en la Galería de Artes Plásticas se abrió una en 1957; en los años 70 se comienza a conformar el acervo que se fue al Museo de Aguascalientes; y en 1978 se hizo una muestra homenaje a 60 años de la muerte del pintor, la cual se presentó en el Museo Nacional de San Carlos, en el Palacio de Bellas Artes y el Museo de Aguascalientes.
En 1987 se le hizo una exposición homenaje en el marco de las jornadas en su memoria, que se realizaron con la participación de diversas instituciones, entre ellas el INBA; y finalmente, en 1988 se hizo la declaratoria de su obra como Monumento Artístico, promovida por el INBA.
Previo al recorrido, su nieto recordó que Saturnino Herrán murió a los 31 años de edad, que nunca tuvo la oportunidad de presentar una exposición individual, que su obra no se conocía en su totalidad y por lo tanto quienes escribían acerca de él tenían muchas lagunas o interpretaciones multiformadas acerca de su obra.
“Con los años pudimos ir conformando el archivo Saturnino Herrán, que comprendía ceca de mil 500 fichas y otros millar de fotografías con lo que reconstruimos la historia de su vida. El hecho de presentar la exposición como aparece ahora surgió a partir de varias charlas con Víctor Muñoz en las que vimos los núcleos como los centros temáticos importantes en la vida de Saturnino. Hay que tener en cuenta que él desarrolló esta obra en un periodo de 10 años, de 1908 a 1918, un periodo terrible en la Ciudad de México y para el país entero.
“Son años en que él decide no abandonar la Ciudad de México, como sí lo hicieron muchos de sus compañeros y amigos, y quedarse en su taller de la calle de Mesones pintando. Él decide esto porque cree que con esa revaloración de la persona, con esta posibilidad de reconstruirnos y saber cómo son nuestras raíces, se puede detener la barbarie, de ahí que esta obra tenga mucha actualidad”, subrayó.
Saturnino Herrán es considerado como uno de los renovadores del arte nacionalista en nuestro país. Nació en Aguascalientes el 9 de julio de 1887. Desde muy niño se distinguió por su afición a las bellas artes, mundo al que le fue fácil introducirse, pues su padre, don José Herrán era dueño de la única biblioteca que entonces había en la ciudad, la cual era visitada por literatos y artistas.
Su formación como pintor tuvo lugar en la Escuela Nacional de Bellas Artes bajo la tutela del catalán Antonio Fabrés, además de maestros mexicanos como Leandro Izaguirre, Julio Ruelas, Germán Gedovius y Gerardo Murillo Dr. Atl.
Durante los años decisivos de la Revolución Mexicana, Herrán capturó la vida cotidiana, retrató a su círculo intelectual, indagó en la identidad mexicana y buscó representar el alma nacional a partir del individuo, el cuerpo, las leyendas indígenas y los edificios coloniales. A diferencia de sus antecesores, Saturnino Herrán buscó representar la esencia del ser mexicano, más que crear una imagen idealizada y estereotipada del mismo.
El curador Saturnino Herrán Gudiño, director de la Fundación Cultural Saturnino Herrán A. C., señaló que el recorrido estuvo dividido en seis núcleos temáticos: Forjadores de la tierra, El universo y el balneario interminable, Ella se quema de nosotros, Saturnino ilustrador, Una patria no histórica ni política, sino íntima; y La trinchera elegida.
En esos núcleos se abordaron las diferentes temáticas que preocuparon al pintor, como la dignidad de los trabajadores, el erotismo, la esperanza de los desposeídos, el retrato de sus amigos más cercanos, los indígenas, así como las ilustraciones realizadas para publicaciones de la época y portadas de los libros publicados por su círculo intelectual más cercano.
Finalmente, Itzel Vargas señaló que el propósito es que una vez finalizado el periodo de exhibición en el palacio de Bellas Artes, la exposición Saturnino Herrán. Instante subjetivo sea presentada en Aguascalientes, Guadalajara y Oaxaca, aunque precisó que todavía se está trabajando en las fechas específicas.