En el Museo Carrillo Gil, el artista visual Miguel Angel Ríos ofrece un arte producto de experiencias alucinantes

  • Artes plásticas y fotografía
Información: JRA
Comunicado No. 2039/2011
28 de septiembre de 2011

***Conaculta, a través del INBA presenta la muestra Deambular/Walkabout, que reúne el trabajo de los últimos diez años del autor de origen argentino

***Ocho video instalaciones y una serie de bocetos y apuntes gráficos, conforman la exposición

Los efectos alucinógenos de algunas plantas ancestrales fueron experimentados en tiempos prehispánicos. Por igual han provocado una serie de experiencias sensoriales en Miguel Angel Ríos, artista plástico de origen argentino que presenta en México la muestra Deambular/Walkabout.

El Museo de Arte Carrillo Gil alberga esta muestra que alberga ocho video instalaciones, y una serie de bocetos y apuntes gráficos, con los cuales el artista fue documentando el proceso de creación de este trabajo.

En entrevista, Ríos comenta que lo que lo llevó a experimentar con este tipo de estimulantes fue el aburrimiento, “así de sencillo, pues ya estaba cansado de mi trabajo previo.

        “Desde lo ochenta me había dedicado al dibujo y la pintura, con temas variados, pero siempre muy formales, serios en ese sentido; así que decidí dar un cambio en mi producción y venir a México a experimentar con plantas alucinógenas”.

        El autor aclara que se trató de una experiencia de búsqueda estética y experimentación artística, “aunque no lo parezca”, en la que el azar y la improvisación tuvieron un papel fundamental en el desarrollo de cada obra.

        De manera que el resultado de este trabajo se abre a diferentes interpretaciones, pues cada pieza pretende compartir e intentar hacer experimentar al visitante a la exposición algo similar al viaje que Ríos tuvo, influido por los alucinógenos.

        Entre las plantas con las que experimentó, se encuentran el peyote, el toloache y otros tipos de hongos, algunos de los cuales contienen hasta 50 sustancias diferentes, que provocan reacciones muy fuertes en quien las toma.

        Detalló que en el caso del peyote, el “viaje” estuvo asistido por una chamana. Lo hizo en Oaxaca y el resultado es la pieza denominada Los niños brotan de noche, en la que con audio e imágenes, narra uno de los viajes que tuvo con peyote.

        “Los que hice con este trabajo es algo creativo, no es que me haya quedado en viaje o ‘entoloachado’, como dicen en México, sino que todo tiene un propósito artístico pues además todos mi videos son experimentales, de búsqueda.

        “En el caso de Los niños…, se trata de un video tomado por un asistente, en el que se documenta un mal viaje, provocado por una mala ‘conexión´ con el peyote. Así que el espectador escucha gritos, frases sin sentido, ve a gente que vomita, en fin todo un caos, porque uno no controla nada de eso”.

        Ríos contó también que el uso de estas plantas alucinógenas es ancestral en los pueblos indígenas de México y América Latina, por lo que se trata de aproximarse a un conocimiento del cual no se tienen referencias ni explicaciones científicas.

        Aclaró que desde luego no pretende cambiar esa situación, sino desarrollar una serie de obras a partir de esa experiencia que documentan sensaciones extremas de soledad y aislamiento, con la mente distorsionada y los sentidos alterados.

        Otra instalación lleva por título Toloache: mapping with the mind 1, realizada en el año 2000, con la que intenta recrear la experiencia del viaje potenciado por esta planta, con la cual experimentó estímulos diferentes a los provocados por otras plantas.

        “Como hemos dicho, son plantas muy fuertes, que llevan a la mente a experimentar estados que de ninguno otro modo se consiguen; ves colores y figuras brillantes, muy intensos, imaginas paisajes o los escenarios que observas se transforman de manera dramática.

        “Un ejemplo de ello es el video y los cuadros correspondientes a la serie Ni me busques, no me encontrarás (Don’t look for me, you won´t find me), en el cual intento apropiarme del poder hipnótico del desierto, desde luego, bajo la influencia de un estimulante”.

        Acerca del título de la exposición, dijo que éste evoca las relaciones tradicionales entre el viaje iniciático, la renovación espiritual y el autodescubrimiento ligados a experiencias personales en la soledad del desierto.

        Su relación personal con este tipo de paisaje se muestra a través de obras que señalan la naturaleza existencial de la identidad, cuestionando a la vez la subjetividad de la experiencia.

        “Las piezas incluidas en esta ocasión fueron creadas durante los últimos diez años, pero por primera ocasión se incluyen en una misma exhibición, así que considero que será una experiencia distinta a las anteriores.

        “En otro sentido, me interesa mostrar estas piezas ahora, en este momento de mi vida que en verdad cambió la percepción que tenía de la misma con esa serie de viajes y experimentaciones con alucinógenos, pues ahora la disfruto más, tengo una perspectiva mucho más amplia”.