El artista Daniel Lezama (México, 1968) dice experimentar una transformación en su propuesta plástica que coincide con la celebración de dos décadas de trayectoria artística y 50 años de vida.

A manera de festejo, el miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca presentará a partir de este 20 de septiembre la exposición Crisol, en la galería MAIA Contemporary.

La muestra, que marca un hito en su producción, está integrada por alrededor de 25 piezas entre una nueva serie de pintura figurativa de formato monumental, obra gráfica, y su primera producción de escultura en bronce.

“Siempre trabajé la pintura en un fondo pardo que bloquea el blanco. Me había quedado en una zona de confort pictórica y a la vez incómoda porque delimitaba mi discurso. Yo ya empezaba a trabajar grandes luminosidades que luchaban contra un fondo oscuro. Ahora estoy con la libertad de trabajar fondos blancos, hay una transformación a nivel de color, de construccion de imagen, de ruptura de planos y libertades que no me daba antes”.

Consideró que las obras que conforman la exposición son resultado de un proceso gradual en los últimos cinco años en los que se ha sentido menos constreñido por las leyes de la pintura clásica.

“No quiere decir que lo rechace porque sigue siendo el mismo proceso pictórico, pero con otras coordenadas. Siento que estoy avanzando en la búsqueda que inicié. Cuando era un artista joven, la disciplina que me daban las limitantes de una academia fueron esenciales para mi desarrollo”.

De acuerdo con Daniel Lezama, desde 2012 no presentaba un conjunto de obra con una propuesta nueva. Sobre el título de la exposición, que también es el del cuadro principal, aseguró que es una metáfora de una matriz de la cual surgen cosas, se funden y surgen nuevos elementos.

Para esta serie, el pintor creó un mecanismo mítico y alegórico bajo el género ficcional de una empresa a la que denomina “La Compañía", la cual está inspirada por la antigua Compañía de Papel San Rafael, un logro de la ingeniería termoeléctrica importada de Francia ubicada en las faldas de la Iztaccíhuatl (la Mujer Dormida) y abandonada a mitad del siglo veinte.

En Crisol, Lezama busca domesticar procesos y energías vitales a través de la representación de un elenco de personajes compuesto por la iconografía de una familia de seres energéticos, que se sueñan y se generan mutuamente.

“En mi trabajo no planeo generar esos personajes. Creo que tienen vida propia y uno es el que se adapta. Los pongo en un marco, pero lo que hacen es misterioso y mi capacidad de manipulación es pequeña. Se me aparecen como los ves, no hay posturas elaboradas, ellos llegan, aunque tengo que reconocer que hay una especie de staff muy raro con personajes que han estado a lo largo de mi carrera”.

Es así como se observan elementos de ficción que conviven con distintas realidades en medio de una promiscuidad de los reinos animal, vegetal y mineral.

Sobre el panorama de la pintura en el arte contemporáneo, Daniel Lezama dijo que cada vez más jóvenes están entendiendo que hay que separarse de la “mediosfera” para desarrollar dicha técnica.

“Tienes que encerrarte con tu mano, tus ojos y tu cabeza para hacer pintura, cosa que ya nadie tiene tiempo de hacer. Estamos en una época en que se limita el tiempo de introspección, de concentración y meditación personal”.

En cuanto a su labor como tutor de generaciones del Programa Jóvenes Creadores del Fonca, consideró que se ha tratado de una responsabilidad personal.

“Es importante reconectarte con la realidad de las nuevas generaciones porque llevaba años metido en el estudio”.

Crisol se exhibirá hasta el 4 de noviembre en la galería MAIA Contemporary, ubicada en Colima No. 159, Col. Roma. Horario: martes y miércoles de 11:00 a 17:00 horas y de jueves a sábado de 11:00 a 20:00 horas

 

Información: CGP

Documentos

Descarga el Kit de prensa

 

Multimedia

Puedes descargar el video

Puedes descargar el audio