Polemizan en torno del tratamiento que el cine extranjero ha dado a la Revolución Mexicana

J.V.
Bernd Hausberger
J.V.
Leonardo García Tsao
J.V.
Raffaelle Moro
  • Cine y artes audiovisuales
Información: AMS
Comunicado No. 856/2010
09 de junio de 2010

***Leonardo García Tsao lo consideró denigrante y carente de rigor histórico; Raffaelle Moro, dijo que para el cine europeo es una metáfora,  y Bernd Hausberger señaló que las películas son ficción

La mirada extranjera, tema de la segunda mesa del ciclo Cine y Revolución. Conversando con los expertos, despertó polémica. Leonardo García Tsao, crítico cinematográfico y director de la Cineteca Nacional, señaló que el tratamiento del cine extranjero a la Revolución Mexicana ha sido denigrante y carente de rigor histórico.

Durante el debate Raffaelle Moro, investigador del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, dijo que para el cine europeo ese hecho histórico ha sido una metáfora; en tanto, Bernd Hausberger, profesor e investigador de El Colegio de México, señaló que las películas sólo son ficción.

     Reunidos en el Antiguo Colegio de San Ildefonso en el marco de la exposición Cine y Revolución, los especialistas, acompañados por el también investigador Álvaro Vázquez Mantecón, quien fungió como moderador, hablaron por un lado de la visión estadounidense generada en Hollywood; por el otro, de la perspectiva europea a partir del llamado Spaghetti Western, hecho en Italia entre 1960 y 1970.

     Desde su primera intervención, García Tsao manifestó su desacuerdo. Sobre la mirada hollywoodense, la calificó de pintoresca, orientada al folclor y de nulo rigor histórico. En contraposición a lo dicho momentos antes por Bernd Hausberger, rechazó que tenga un enfoque de causa agraria –excepto Viva Zapata, de Elia Kazán-, pues su base argumental siempre ha sido la lucha contra un tirano que se alterna entre Victoriano Huerta y Porfirio Díaz.

     Por otra parte, refirió que de las cintas europeas que ha visto,  las italianas son las que ofrecen una mirada positiva, con un héroe mexicano, pues en las hollywoodenses, se da ese grado al gringo que acompaña a los revolucionarios, aunque ha habido excepciones en filmes biográficos sobre Zapata o Villa, aunque en Viva Villa (1934),  Jack Conway presenta una imagen grotesca y lo pone como un auténtico imbécil.

     “Hasta ahora, ninguna película extranjera sobre la Revolución ha hecho una reconstrucción histórica aceptable, siempre hay una distorsión de los hechos, una especie de escamoteo de la historia y se ha creado una especie de catálogo de estereotipos y caricaturas. En el caso de la cinematografía mexicana también ha habido mucha mitificación, pero también un mayor apego a la historia”, destacó García Tsao.

     En su intervención, Raffaelle Moro, respondió a García Tsao que las películas europeas no son materiales históricos sino que más bien reflejan el momento y circunstancia en que fueron producidas. En este sentido, recordó que el director italiano Sergio Leone, autor de Giù la testa y fundador del género del Spaghetti Western, entre otros, declaró que para él la Revolución Mexicana es una metáfora.

     Apuntó que en la década de 1960, para el nacimiento del Spaghetti Western, se conjugaron diversos elementos de la política contemporánea, como fueron las guerrillas latinoamericanas, la cultura política de izquierda tanto en Italia como en Francia, la presencia de intelectuales y artistas muy abiertos a lo que ocurría en el mundo; se desató también el mito del bandido social, quien era un hombre del pueblo, elemento que le quitó el carácter denigrante.

     Moro indicó que el fenómeno del Spaghetti Western comenzó en 1964 y tuvo alrededor de 10 años de vida, lapso en el que se produjeron alrededor de 600 o 700 películas, pues se descubrió que comercialmente se trataba de uno de los géneros más rentables.

     Como características de estas cintas, particularmente en el caso del cine italiano que se rodaba en España, hizo notar que nunca aparece el gran héroe; Zapata, Villa, Madero, Díaz o Juárez sólo son citados; se juega con la cronología pero también con los anacronismos y eso le da un toque más popular, pues el héroe realmente sale del pueblo, a lo que se suma la aparición del personaje del pistolero mestizo.

     Por su parte, Bernd Hausberger, también discrepó del punto de vista de Leonardo García Tsao, respecto del trato denigrante y la falsedad de los hechos con que los westerns han abordado el tema de México y la Revolución Mexicana.

     Desde su punto de vista, es necesario tomar en cuenta que las el cine, las películas son ficción y para reforzar su dicho, expresó que también los filmes mexicanos de pronto hace planteamientos muy denigrantes, como en el caso de La Soldadera, protagonizada por Silvia Pinal, donde todo lo que se muestra es miseria y cosas tremendas.

     Asimismo, observó que las películas admiten lecturas diferentes,  no sólo en función del  tiempo y lugar en que se exhiben, sino también, en relación con el momento, contexto y sitio en que se producen.

     A su parecer, Viva Villa y Viva Zapata, las primeras grandes películas hollywoodenses son películas sobre mexicanos, el gringo ya no es el héroe, lo que representa un cambio. Asimismo, refirió que tienen guiones bastante inteligentes y que si bien sus personajes son totalmente estereotipados cumplen su papel, aunque para los mexicanos sea difícil aceptarlos, pues describen la problemática de la época.

     Sobre la popularidad de la Revolución Mexicana en el cine internacional, la sustentó en que se puede integrar fácilmente con los motivos del western, como es el caso de la frontera y su sentido agrarista, lo que le permite insertarse muy bien con su temática por excelencia.

     Al respecto, García Tsao, aceptó que el cine es ficción, pero dijo no convalidar una ficción que distorsiona tanto la imagen de un caudillo, a un personaje histórico, como ocurre en Viva Villa.

     Añadió que el surgimiento del cine narrativo coincidió con la Revolución Mexicana, por lo que muchos noticieros estadounidenses mandaron gente para registrar los hechos. En ese entonces ya existía el estereotipo del mexicano bandido, grasiento y salvaje que la Revolución vino a impulsar; fue el pretexto para que en los westerns hubiera más raptos de señoritas gringas, ataques de bandidos muy a lo Pancho Villa, quien sin duda ha sido la figura más repetida en el cine hollywoodense.

     En respuesta a la pregunta de Álvaro Vázquez Mantecón, García Tsao manifestó que el estudio de Emilio García Riera sobre el cine si bien es definitivo, merece una visión más concreta en lo que se refiere a la Revolución.

     “No hay un libro sobre la mirada del cine extranjero, en particular sobre la Revolución Mexicana. Y si bien García Riera le dedica varios capítulos a esta mirada y es muy acucioso en ejemplos, sería interesante, hacer una versión mucho más documentada de este catálogo de estereotipos y caricaturas que han formado la visión de la Revolución Mexicana en el cine extranjero”, puntualizó.

     Raffaelle Moro manifestó su total acuerdo al respecto; sin embargo, externó que México a partir de muchas de esas miradas estereotipadas se ha convertido en un país líder en el imaginario mundial y destacó que para serlo hay que dejar que se hable sin pretender establecer controles.

     Para Bernd Hausberger, efectivamente hay que estudiar más,  pero no partir de los estereotipos sino de las películas en el contexto de su producción, lo que daría como resultado “una investigación más sobre la historia internacional, sobre Europa y Estados Unidos, y no tanto sobre México”. Asimismo, dijo, permitiría saber qué función cumplen los estereotipos, porque no se crean para denigrar a un país.

     “Yo me atrevería a decir que la mayoría de los directores, con algunas excepciones, no se interesaban en especial por México, era algo que existía como posibilidad para ser usado en una historia; ellos la hicieron y cumplió una función que no respondía a un interés histórico. Creo que es algo en lo que valdría la pena profundizar”, concluyó Hausberger.