Voces jóvenes evocaron nuestra riqueza musical a través del Recital Lírico de Música Mexicana 18/septiembre/2011 00:00 Música Ópera Con un amplio recorrido por la obra de compositores mexicanos como María Griver, Tata Nacho, Agustín Lara, Roberto Cantoral y Chucho Monje, se llevó a cabo la tarde del sábado 17 de septiembre el Recital Lírico de Música Mexicana, que el taller del cantante Gabriel Mijares ofreció en la Fonoteca Nacional.      En el concierto realizado en la Sala Murray Schaffer de este recinto de Coyoacán, Gabriel Mijares dirigió en el piano a Carlos Vázquez, además de las voces de las sopranos Ana Capetillo y Gabriela Albo, los tenores Carlos Martínez, Antonio Arjonilla y Armando Arrocha, así como al barítono Manuel Ruiz.      Entrevistado después del recital, Manuel Mijares, afirmó que esta presentación es un esfuerzo por seguir difundiendo la riqueza de la música mexicana entre las nuevas generaciones, quienes deben tomar en cuenta el gran bagaje cultural que a lo largo de las décadas cimentaron nuestros compositores.      “Se trata de canciones emblemáticas de nuestra cultura y que de formas muy distintas han quedado grabadas en forma indeleble en los corazones de nuestros compatriotas. Creo que la música es una forma de hacer frente a las épocas de crisis, porque despierta en nosotros nuestros mejores instintos, además de traer recuerdos de los que podemos tomar muchas respuestas para nuestro presenteâ€.      Durante el concierto, los cantantes interpretaron Ãntima, de Tata Nacho, así como dos canciones emblemáticas de María Griver, Júrame y Alma Mía, las cuales fueron celebradas con largos aplausos por parte del numeroso público reunido en la sala.      A continuación, con el acompañamiento del piano, los cantantes interpretaron El triste, de Roberto Cantoral, así como una de las piezas más famosas de este compositor, titulada Regálame esta noche.      Gabriel Mijares afirmó que el taller lírico que dirige ha mantenido un esfuerzo por crear una generación de cantantes de altísima jerarquía, dentro de la tradición operística de México.      “Este tipo de enseñanza se asemeja a la destreza adquirida en los talleres artesanales, en los que se transita del aprendizaje al dominio del oficio. La singularidad del canto lírico requiere la atención personal del maestro, quien guía a su alumno en cada etapaâ€.      Y agregó: “Lamentablemente la pérdida de criterios cualitativos en torno al canto y las viejas enseñanzas del oficio, se ha dado paralelamente a la eficacia inmediata y la competitividad, como una prioridad frente a la perfección técnica y el verdadero nivel artístico del canto operístico de antañoâ€.      El público reunido en el concierto celebró también la interpretación de la célebre pieza México lindo y querido, de Chucho Monje, que despertó incluso vítores espontáneos por parte de los asistentes, cerrando con broche de oro este recorrido por nuestra tradición musical.