Analizan los iconos de la sexualidad femenina en la obra de William Shakespeare 06/marzo/2013 00:00 Libros, revistas y literatura William Shakespeare fue un amante de las mujeres y su obra se caracterizó por retratarlas como seres independientes, de gran fuerza y decisiones que iban muchas veces contra las normas de su época, y aún cuando las reglas de toda exhibición pública estuvieran regidas únicamente por el punto de vista masculino.En una velada de recuerdos literarios y evocaciones de personajes que inspiraron a su género, Bertha Hiriart y Roxana Elvridge-Thomas, participaron el martes 5 de marzo, en la Sala Manuel M. Ponce, en la segunda mesa del ciclo “La sexualidad femenina en la literatura”, con una charla titulada “Las mujeres de Shakespeare” en la que analizaron el corpus femenino en la obra del bardo inglés, a través de personajes como Julieta, Catalina, Beatriz y Cleopatra, entre otros.Para Bertha Hiriart los conflictos de los personajes de Shakespeare y sus psicologías siguen sacudiendo a la gente del siglo XXI, igual que lo hicieron con el público de El Globo en el siglo XVII."La sexualidad femenina es algo sorprendente en la obra de Shakespeare, pues tan solo hay que recordar que las mujeres tenían vetado el escenario, y sus personajes eran interpretados por varones, la propia Reina Isabel se mantuvo en el trono al esconder todo rasgo de sexualidad y femineidad".Recordó cómo las mujeres juegan en las tramas Shakespereanas un papel principal, como es el caso de Desdémona, y a menudo revelándose contra los deseos y mandatos que les imponen, como Julieta, a quién solo la muerte puede detener en sus pasiones".Hiriart dijo que Cleopatra es otra de las heroínas que reta las reglas sociales, disfrutando de su sexualidad a su antojo, pero siendo juzgada cual Eva tentando a Adán, en el caso de la seducción a Marco Antonio."Shakespeare también cedió a las convenciones de su tiempo, pues hay que recordar el diálogo que en esta obra pronuncia un personaje con respecto al militar romano: Este amor extravagante de nuestro general rebasa la medida, sus ojos se posan en un rostro moreno como un loco".Otro de los rasgos de los personajes femeninos de Shakespeare se ve claramente en el personaje de Catalina, de La fierecilla domada, quién no hace sino defender la causa de su libertad, a punta de insultos y desplantes."En esta obra debemos de aceptar que el sexismo gana la batalla, porque Catalina se ve disminuida por la violencia que ella misma trató de ejercer, aunque en un menor grado que Petruchio, quién termina subordinarla a su gusto e incluso provoca su discurso final, donde insta a las mujeres a guardar obediencia".No obstante, Bertha Hiriart acotó que el mensaje que Shakespeare nos dice siempre entre líneas, es que es necesario romper la visión dual para comprender la igualdad entre los sexos, mostrando incluso antiheroínas indispensables como Lady Macbeth. "La gran pregunta que nos hacemos a menudo es, sobre qué escribiría el autor inglés sobre las mujeres si viviera en la actualidad".Roxana Elvridge-Thomas mencionó que uno de los personajes más logrados de Shakespeare es Beatriz de Mucho ruido y pocas nueces, quién es culta y avezada para la réplica a los hombres, siendo alguien que quiere mantenerse soltera para no perder su libertad."Es un personaje muy fuerte y que además defiende los derechos humanos, como cuando su prima y su tío son calumniados, siendo en cierta manera el personaje pivote cuyas acciones dan movimiento a los que la rodean".Otro ejemplo, dijo, son los personajes de Ricardo III, Isabel, Margarita y Ana, quienes son las fuerzas femeninas cuyas órbitas marcan los movimientos del personaje central."Las mujeres de Shakespeare son ante todo un misterio, un dechado de complejidad, cuyas características van más allá de la admiración, pues a menudo sus acciones parecen desconcertantes, como es el caso de Ana, a quién acaban de matarle al marido y al mismo tiempo se deja seducir por Ricardo".Mencionó que es precisamente esa manera enigmática de pintar a sus personajes, la que hace de las mujeres de Shakespeare joyas culturales, a veces dóciles y apegadas al canon de la época; las revolucionarias, pero también las que toman el hábito masculino. "Sus mujeres se visten a menudo de hombre, pero no sólo son féminas travestidas, a través de ellas Shakespeare está trastocando órdenes y evidencia su deseo de hacer de lo femenino, un ente guerrero que busca su propio destino".En la obra de Shakespeare, las mujeres son una gama amplísima que trasciende el estereotipo; “y no solo invitaron al público a pensar en su época, sino que lo siguen haciendo en los tiempos actuales y seguramente lo harán por muchos siglos más, de acuerdo a como vayan cambiando los tiempos".