Regresa a México el eclecticismo del Béjart Ballet Lausanne 15/julio/2014 00:00 Artes escénicas En el Palacio de Bellas Artes El Palacio de Bellas Artes recibe al Béjart Ballet Lausanne en su Sala Principal, con presentaciones del 17 al 20 de julio, ofreciendo tres obras: Lo que el amor me dice, Siete danzas griegas y Bolero, como cierre de su gira 2013 -2014. Con un programa que contienen tres obras maestras de Maurice Béjart, el director Gil Roman lleva al Palacio de Bellas Artes su eclecticismo en el lenguaje corporal con las obras del fundador: Lo que el amor me dice, Siete danzas griegas y Bolero, del 17 al 20 de julio. Las cinco presentaciones del Béjart Ballet Lausanne se llevarán a cabo en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes los días jueves 17 y viernes 18 a las 20:30 horas; sábado 19 a las 13:00 y 19:00 horas, y domingo 20 de julio a las 13:00 horas. La compañía integrada por 40 bailarines de 15 países presentará Lo que el amor me dice, ballet de 1974 con la Sinfonía número 3, de Mahler; Siete danzas griegas, con música de Mikis Theodorakis, y el famoso Bolero, de Maurice Ravel, creado en 1961 por el maestro Béjart. Durante la conferencia de prensa, donde se anunció el programa, el coreógrafo de la compañía Gil Roman, quien desde hace 27 años se ha dedicado a proyectar las más de 200 obras del bailarín Maurice Béjart, señaló que la compañía sigue compartiendo con el fundador la idea y voluntad de hacer un espectáculo que vaya más allá de una simple anécdota. "Hacer una danza religiosa en el sentido de que está ligada con algo más allá, pues Béjart negó siempre que fuera solo un divertimento y quería que se hiciera una danza que te hiciera sentir algo, pues siempre fue uno de los raros coreógrafos que buscaba ir más allá de la anécdota y del efecto de moda", indicó. Asimismo, Gil Roman señaló que el hilo conductor en más de 30 años de trabajo coreográfico es justamente la búsqueda de un lenguaje que conecte a los bailarines con el espectador y la exploración del desarrollo coreográfico con énfasis en lo teatral y lo escénico. "Hay dos momentos en la vida del coreógrafo: la primera es la búsqueda de movimiento, una voluntad de ir al frente y buscar algo nuevo y, la segunda, la aceptación y utilización de todo lo que existe en el lenguaje técnico para decir algo, como en el caso de Maurice Béjart, a quien no le interesaba crear una técnica nueva, sino que con algo que había se pudiera expresar algo distinto. "Hay personas que no cuentan con tanta técnica, pero para mí lo importante es la personalidad; como coreógrafo lo que busco en el intérprete es una personalidad fuerte, pues la técnica finalmente se trabaja y se adapta, lo realmente importante es ver el potencial en esa persona y no hay tipos específicos de bailarines, sino tipos de personas. Lo importante es lo interior y el desarrollo de sí mismo", comentó el coreógrafo, quien en los últimos 15 años ha puesto su sello en varias creaciones aclamadas por la crítica como Aria y Syncope. La compañía aun cuando experimenta nuevas técnicas, su punto de partida siempre es la escuela heredada por Béjart, en el sentido de usar la danza como medio de crítica y manifestación. "La danza puede ser todo y la encuentras de manera cotidiana, pero tampoco hay que irnos al otro extremo, pues todo tiene un equilibrio; efectivamente la danza no puede ser la no danza, pues todo está en la interioridad, en la proyección, en la voluntad de ir hacía el público, pues tomar 14 veces una botella de agua podría ser danza, pero lo importante es la composición. A mí parecer, hay cosas muy simples que se hacen hoy en día que les falta composición en la rítmica y dentro del espacio", expuso. De igual forma, comentó  que las tres coreografías que se van a presentar en este programa representan muy bien el trabajo de Béjart y de un movimiento de los años sesenta que se llama abstraccionismo lírico. En Lo que el amor me dijo veremos la abstracción lírica, el amor y la emoción; en Siete danzas griegas se exhibe el placer dionisiaco de bailar, una oda al gozo y a la alegría; y en Bolero una dramaturgia musical llevada a escena. En su oportunidad, Elisabet Ros, solista en el Béjart Ballet Lausanne, habló sobre el cuerpo como la principal herramienta de expresión y el baile como idioma universal. "Lo que buscamos expresar son todos los sentimientos del ser humano, puede ser el amor, la tristeza, el querer compartir, avanzar, querer aprender, es muy extenso lo que transmitimos, pues depende del ballet que montemos y siempre es algo que viene del interior y no sólo gestos corporales, buscamos que ese gesto sea una extensión del sentimiento", indicó la bailarina. Por su parte, Julio Arozarena, subdirector artístico del Béjart Ballet, dijo que "para nosotros es un gran placer estar en México; es un país que nos gusta mucho y el público siempre ha sido estupendo. Es difícil expresar el sentimiento que te voy a hacer sentir, pues simplemente bailamos porque tenemos algo que proponer y el público captará lo que siente, el acto de ir a bailar es para estar en comunión con el público, con tus compañeros y con el coreógrafo, y lograr esa unión, como en el templo, donde te comunicas con eso que va más allá". El Béjart Ballet Lausanne fue creado en 1987 por Maurice Béjart, convirtiéndose desde entonces en referencia en el mundo coreográfico. En la actualidad es dirigido por Gil Roman. Cada año la compañía, formada por 40 bailarines, presenta más de 80 funciones alrededor del mundo, manteniendo el repertorio de Béjart para las nuevas generaciones, además de ofrecer nuevos ballets, ya sean creaciones de Gil Roman o las de coreógrafos invitados. Para conocer las presentaciones en el Palacio de Bellas Artes puede ingresar al sitio web www.palacio.bellasartes.gob.mx