Cortometraje, producto audiovisual igual de poderoso que un largometraje 07/agosto/2014 00:00 Cine y artes audiovisuales El Instituto Mexicano de Cinematografía publica dos convocatorias al año Los directores Alejandro Becerril, Andrés Borda y Francisco Bautista Reyes, cuyos proyectos fueron apoyados por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), expresaron su opinión sobre el cortometraje como formato y porqué lo consideran como herramienta para la creación y expresión artística. Diferentes historias en distintos géneros pueden ser contadas en pocos minutos en un cortometraje, producción en formato de cine, casero o audiovisuales que llevan a los espectadores a un universo fantástico o en ocasiones aluden a situaciones ficticias creadas a partir de la realidad cotidiana. El Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) actualmente apoya la realización de cortometrajes a través de dos convocatorias públicas anuales: el Concurso Nacional de Proyectos de Cortometraje, el cual consiste en apoyar la producción total de una propuesta en las categorías de animación y ficción, y el Concurso Nacional de Apoyo a la Postproducción de Cortometrajes, que apoya la terminación de propuestas de ficción, animación y documental que cuentan con corte final. En 2013 fueron realizados en México 360 cortometrajes, según el Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2013, del Imcine, de los cuales 254 fueron de ficción, 65 documentales y 41 animaciones. Fue en ese mismo año que la institución apoyó 25 proyectos que resultaron ganadores de sus convocatorias. Los cortometrajes Los Contreras family, de Alejandro Becerril; Bingo, de Andrés Borda, y Mi vanidad, de Francisco Bautista Reyes, fueron proyectos en los cuales el Imcine asumió la producción ejecutiva y logística. En entrevista por separado con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, los creativos expresaron su opinión sobre el cortometraje como formato y porqué lo consideran una herramienta para la creación y expresión artística. Andrés Borda, director de Bingo, trabajo con el cual participó en la sección Cortometrajes Iberoamericanos del 29 Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), expuso que el cortometraje es un formato que se ha explotado mucho, que ha tenido poca distribución, pero poco a poco es conocido por el público. "El cortometraje es una gama más de la cinematografía que por sí sólo tiene el mismo o más valores de producción que un largometraje. En mi opinión, el que existan secciones en festivales y encuentros dedicados exclusivamente al corto le da un valor al formato más allá de acompañar al largometraje".   Mencionó que dicho formato es una opción más en el ámbito cinematográfico. "Cuando estoy trabajando, sobre todo en la creación de ideas, no me limito a ver si es para hacer un largometraje o un cortometraje, me permito que la idea dé la duración de lo que va a ser la película. En ocasiones he tratado de crear una historia para cortometraje y resulta que se alarga a mediometraje o largometraje. En otros casos es una historia tan completa, tan circular, que se puede contar en un tiempo pequeño. Si Bingo hubiese sido alargado se perdería la esencia de lo que se quiere contar", explicó. El realizador de 36 años de edad dijo que de manera personal el cine es un medio con el cual puede expresar sus ideas, su compromiso social como contador de historias y ver qué es lo que está sucediendo en el mundo y el país, a partir de historias que a lo mejor no son tan realistas. Tras su experiencia con su primer cortometraje Planta baja (2005), expuso que con Bingo su intención fue hacer un trabajo con valores de producción altos, a nivel de los cortos y largometrajes de competencia internacional que contara con actores profesionales. El también director en diferentes ámbitos de la producción audiovisual, pasando de la publicidad a la producción de documentales y la creación de proyectos cinematográficos, destacó que el cortometraje empezó a tomar impulso en los últimos años, que la gente está cada vez más consciente que existe este formato y aprecia la brevedad de este producto cinematográfico. "Antes no estábamos tan familiarizados con el cortometraje, creo que gracias a internet y las redes sociales la gente está consumiendo más seguido cortometrajes, sin darse cuenta que es un producto cinematográfico". El cineasta, cuyo corto Bingo también participó en la sección Short Film Corner del Festival de Cannes, agregó que el que existan encuentros dedicados al cortometraje buscan darle al formato el valor que "merece" frente al largometraje como producto independiente, que no debe estar necesariamente relacionado con nuevos creadores o los inicios de estudiantes, sino con profesionales dedicados a la tarea cinematográfica que realicen cortometrajes con un impacto grande en cuestión de mensaje. "Creo que el corto está empezando a ser bien recibido, aunque todavía tiene un problema en la cuestión comercial de distribución porque las cadenas de exhibición y distribución todavía no ven qué hacer con este producto, cómo insertarlo dentro del sistema comercial o del sistema cultural para que la gente lo aprecie más, pero poco a poco la gente percibe la existencia del cortometraje como un producto de consumo al igual de poderoso que un largometraje", puntualizó. Por su parte Alejandro Becerril, director del cortometraje Los Contreras family, historia de una familia disfuncional en donde cada uno de sus miembros se dedica a una actividad ilícita, con la particularidad de que ninguno sabe nada del otro, expuso que el cortometraje es un medio de expresión que algunos ven como un previo para hacer un largometraje. "Se dice que las novelas ganan por puntos y el cuento por knock-out, lo mismo sucede con el largometraje y el cortometraje. Yo hice la historia de Los Contreras family en formato de cortometraje porque era la mejor manera de contarse", explicó. El egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM expresó que la idea de que hay un boom del cortometraje se debe a que "es más fácil" hacerlo por su accesibilidad con las cámaras y es posible difundirlo en internet a través de páginas como YouTube.   Compartió que el cine siempre le ha gustado y lo realiza porque quiere compartir ciertos temas o inquietudes de la vida. "Hago historias por mi gusto y la necesidad de contar y expresar ciertos temas o inquietudes que tengo, hacer comunión con la gente y que comparta contigo esos temas", apuntó. Basada en el cuento Parábola de la virgen provinciana, publicado de Carlos Monsiváis, Francisco Bautista hizo el cortometraje Mi vanidad, el cual formó parte de la programación de la Semana de Cine Mexicano en Oaxaca. En entrevista expresó que el formato del cortometraje es punto y aparte de los otros formatos cinematográficos. "Tiene su propia esencia, hay un auge del cine en el país, como que mucha gente quiere hacer cine y las convocatorias del Imcine sirven para que creativos inicien o concluyan sus proyectos".   Estímulos de Imcine   Sobre el apoyo del Imcine en la realización de cortometrajes, Andrés Borda calificó de excelente apoyo a la cinematografía nacional, beneficio que no se tiene en otros países. "Da mucho impacto a que el corto tenga un nivel de calidad de competencia internacional, lo que no sucede con otras convocatorias. El Imcine está dando mucho valor a que exista una expresión cultural en la parte del cine, que no se limite nada más en un formato comercial y sea reflejo de la cultura y las inquietudes que se generan en México". Indicó que le interesaba que su cortometraje Bingo estuviera bien hecho y bien contado, por eso se interesó porque su proyecto fuera ganador en la convocatoria de Imcine. Para Alejandro Becerril es fascinante que el Imcine saque dos convocatorias al año en apoyo a la realización de cortometrajes, lo cual se debe a que la institución pública ha visto que hay mucho talento en los jóvenes y no tan jóvenes que tienen algo que decir y han sido reconocidos tanto en México como en el extranjero. "No se les apoya porque ganen premios, responde a que hay talento y debe apoyarlo". Para Francisco Bautista recibir el apoyo del Imcine para la realización de su cortometraje fue una experiencia "impresionante", sobre todo porque el organismo se encarga de producir y exhibir el material. "Ser exhibido en salas comerciales es súper bonito, es difícil que un corto se exhiba en esos lugares, a menos que sea un festival. Muchos jóvenes creadores usan al cortometraje para dar sus primeros pasos en la industria cinematográfica y bastantes directores de cine consagrados hoy en día comenzaron con estas producciones", recalcó. Los trabajos de los tres directores, quienes abordan temáticas diferentes, como la soledad en la tercera edad, la familia disfuncional y las tradiciones de una comunidad, estarán durante dos años (2014 y 2015) participando en circuitos de festivales nacionales e internacionales, por lo que si son seleccionados podrán ser vistos en el Festival Internacional de Cine de Monterrey, el Tour de Cine francés, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, entre otros.