El bailarín mexicano Isaac Hernández ofreció una noche de ballet inolvidable en México 13/agosto/2014 00:00 Artes escénicas Suceso internacional para el arte El bailarín mexicano Isaac Hernández convocó a bailarines de las mejores compañías de ballet en el mundo como la Royal Ballet de Londres, Ópera de París, New York City Ballet, American Ballet Theater, Ballet Nacional de Holanda, Bolshoi Ballet de Rusia, San Francisco Ballet, entre otros, a fin de ofrecer lo mejor de la danza clásica y contemporánea al público de México, con el programa Despertares, el 9 de agosto en el Auditorio Nacional. El bailarín mexicano Isaac Hernández convocó a bailarines de las mejores compañías de ballet en el mundo como la Royal Ballet de Londres, Ópera de París, New York City Ballet, American Ballet Theater, Ballet Nacional de Holanda, Bolshoi Ballet de Rusia, San Francisco Ballet, entre otros, a fin de ofrecer lo mejor de la danza clásica y contemporánea al público de México, con el programa Despertares, el 9 de agosto, en el Auditorio Nacional El programa Despertares, fue todo un acontecimiento a nivel mundial con una variedad de 18 piezas que representa al ballet clásico y contemporáneo y es reconocida como una de las galas más importantes del mundo. El Auditorio, lleno de leales seguidores del ballet, disfrutaron, al compás de la música, instantes de plenitud virtuosa del arte de la danza; precisión y momentos sublimes ante la sutileza de un beso como el que Romeo da a  Julieta (Jurgita Dronina e Isaac Hernandez) en la magnifica versión de Het National Ballet. Esa noche quedó demostrado porqué la danza es un poema en el que cada movimiento expresa un sentimiento humano. Esa noche seres enaltecidos a una similitud de divinidad lograron alcanzar la perfección en cada uno de sus movimientos, y compartieron su vivencia desde la experiencia humana. Cada artista que pisó el escenario esa noche es una historia que debe ser contada, porque cada bailarín abrió su alma, y al mostrar su universo hizo sentir su entrega, su pasión y la energía que llenó el mundo interior de cada uno de los que disfrutaron de las ejecuciones.