Escultura monumental de Henry Moore fue instalada en la Explanada de Bellas Artes 21/agosto/2014 00:00 Artes plásticas y fotografía Parte de la exposición En esto ver aquello. Octavio Paz y el arte La escultura monumental Reclining Figure: Arch Leg, del reconocido artista Henry Moore, es la primera invitada en llegar al homenaje nacional que el Museo del Palacio de Bellas Artes rendirá al poeta Octavio Paz con la exposición En esto ver aquello. Octavio Paz y el arte. La pieza, de más de dos toneladas de peso, llegó el miércoles y por la madrugada fue instalada en la Explanada del Palacio con la participación de más de una docena de trabajadores y con la supervisión de los curadores y autoridades del museo. La escultura monumental Reclining Figure: Arch Leg, del reconocido artista Henry Moore, fue la primera invitada en llegar al homenaje nacional que el Museo del Palacio de Bellas Artes rendirá al poeta Octavio Paz con la exposición En esto ver aquello. Octavio Paz y el arte. La pieza, de más de dos toneladas de peso, llegó el miércoles y por la madrugada fue instalada en la Explanada del Palacio con la participación de más de una docena de trabajadores y con la supervisión de los curadores y autoridades del museo. Esta escultura, explicó Alberto González Torres, subdirector de Exposiciones del Museo del Palacio de Bellas Artes, es una de las piezas maestras de la colección del Museo de Arte de San Diego. Por ello hubo un trabajo de gestión muy arduo por parte del equipo del Museo del Palacio de Bellas Artes para conseguir que esta pieza formara parte de las más de 200 obras que integrarán la exposición En esto ver aquello. Octavio Paz y el arte, que abrirá al público el próximo 10 de septiembre. "Es la primera pieza que recibimos del homenaje nacional a Octavio Paz, de una serie de más de 200 piezas que vamos a recibir de diferentes museos del mundo. Es una pieza que nunca ha estado en México. Se titula Figura reclinada. Fue realizada entre 1969 y 1970, está hecha en bronce, pesa alrededor de dos toneladas y mide casi 5 metros de largo por dos y medio de ancho y dos y medio de alto. Ha requerido de una logística muy importante por parte de los dos museos", indicó el subdirector de Exposiciones del Museo del Palacio de Bellas Artes. Decenas de fotógrafos y reporteros representantes de medios informativos, así como de curiosos que todavía en la madrugada transitaban afuera del Palacio de Bellas Artes, fueron testigos de la espectacular maniobra que realizaron los especialistas para dejar montada la monumental pieza sobre una base fabricada especialmente para recibirla. El camión-grúa que transportaba la obra llegó a Bellas Artes alrededor de las 22:40 horas. Para entonces el personal del museo ya se había encargado de acordonar la zona para permitir las maniobras que se llevarían a cabo. Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes, encabezaba las acciones, acompañado de sus equipos de museografía, curaduría e investigación. La escultura monumental llegó el miércoles por la tarde al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en un avión de carga procedente de Nueva York. Como ocurre con las obras más importantes de cada museo internacional, siempre estuvo acompañada del comisario del Museo de Arte de San Diego, Paul Brewin, quien también estuvo presente en el desembalaje e instalación de la obra. Durante casi tres horas, una docena de trabajadores se encargaron de descargar con una grúa la caja de madera que contenía la escultura, luego desarmarla para que la pieza fuera colocada sobre su plataforma y finalmente liberarla del empaque de franela y bajo alfombra que la cubría para protegerla de cualquier daño. "Es una de las piezas más importantes del guión curatorial por el interés que tenía Moore con la cultura Tolteca-Maya. Hay una relación muy importante entre la escultura modernista –de la que es precursor Henry Moore– y las esculturas prehispánicas", precisó Alberto González Torres. César González Aguirre, investigador a cargo de la exhibición En esto ver aquello. Octavio Paz y el arte, señaló que para Octavio Paz el lenguaje poético siempre estuvo ligado al lenguaje visual. "En todas las investigaciones que hace en torno a Los privilegios de la vista, uno de sus más grandes compendios en torno a las artes visuales, está hablando de la relación que existe entre poesía y artes visuales". Los primeros trabajos del artista británico Henry Moore (1898-1986), realizados en la década de los años veinte, muestran sus influencias del arte precolombino. En los treinta, la obra de los artistas abstractos ejerció un fuerte peso tanto en sus dibujos como en sus esculturas. Sus temas preferidos fueron madres e hijos, grupos familiares, guerreros caídos y la figura humana reclinada, que representó a lo largo de toda su carrera mediante diversos materiales, como madera, piedra y, posteriormente, bronce y mármol. De acuerdo con el investigador, Henry Moore es una artista que le interesó bastante a Octavio Paz. "Le interesó porque investigó mucho sobre la escultura precolombina y sobre todo la escultura del Chac Mool, presente en la cultura Maya. A partir de un descubrimiento que hace en el Museo del Louvre, sobre una reproducción del Chac- Mool, empieza a interesarse en la estructura de la figura reclinada, pero a la vez sólida, hace una serie de estudios formales al respecto. Paz nos recuerda que la montaña es un arquetipo de nuestra cultura prehispánica y está representada en el arte, tanto a nivel masculino como femenino, a través del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, y es una idea que asocia con Henry Moore, una especie de ambivalencia contenida en las figuras reclinadas que hace este artista". La escultura Reclining Figure: Arch Leg, de Henry Moore, ya se puede apreciar en la explanada del Palacio de Bellas Artes, donde aguarda a las otras tres piezas monumentales que la acompañarán, autoría de los creadores Juan Soriano, Eduardo Chillida y Vicente Rojo.