El documentalista José Luis Elizalde busca encontrar la motivación de los defensores de derechos humanos 23/octubre/2014 00:00 Cine y artes audiovisuales Realiza residencia artística con apoyo del Fonca Originario de Saltillo, Coahuila, José Luis Elizalde González, inició el documental Religión migrante  con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) del Conaculta, que por sexto año consecutivo apoya el programa de Residencias Artísticas de Iberoamérica y Haití en México en el que pueden solicitar apoyo para vivir y trabajar tres meses este país, artistas de 24 naciones. En su trabajo se propuso seguir en las jornadas de trabajo y activismo a algunos de los más importantes defensores de los derechos humanos de migrantes que cruzan por México. ¿Cuál es el motor que impulsa a los defensores de los derechos humanos a entregar su vida a esta causa?¿Cuál es el corazón más profundo o el núcleo de la solidaridad?¿De qué viven estos activistas que luchan por los derechos fundamentales del ser humano? Todas estas preguntas se las planteó el artista visual José Luis Elizalde González al solicitar el apoyo del Programa de Residencias Artísticas de Iberoamérica y Haití en México, 2014, proyecto que resultó aprobado. Originario de Saltillo, Coahuila, Elizalde González, obtuvo el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) del Conaculta, que por sexto año consecutivo promueve el Programa de Residencias Artísticas con el que artistas de 24 países pueden solicitar apoyo para vivir y trabajar tres meses en México. En el caso del documental propuesto por el mexicano, su originalidad no sólo radica en el tema que aborda sino en la técnica narrativa, la cual es parte de la corriente llamada "cine directo", en la que el director y realizador desaparece para que el espectador se aproxime de manera directa a los protagonistas del documental. "Este proyecto más que enfocado en el tema de la violencia que sufren los migrantes, como ya han abordado otros documentales, se interesa en los activistas y la gente que defiende a estos seres humanos vulnerables. El origen del proyecto se ubica en unas visitas que pude hacer, en Saltillo, Coahuila, al padre Pedro Pantoja, que labora en la Casa del Migrante. Él apoya a personas con historias brutales, así que comenzó a escribir un proyecto en el que buscaba encontrar cuál es la motivación de los defensores de los derechos humanos, penetrar los más profundo posible en ellos y descifrar qué es lo que realmente los mueve a defender a personas que no son de su familia y ni siquiera de su país", indicó en entrevista con Conaculta. José Luis Elizalde es un artista visual que organizaba e impartía talleres en Saltillo. Fue uno de los promotores del proyecto llamado Callejero que consistía en unas pocas horas de teoría y después en salir a las calles a retratar la realidad. Ahí conoció al padre Pedro Pantoja y su historia de defensa y apoyo a presos y a migrantes centroamericanos. Estudió una maestría en documental en Barcelona, España y en este caso aprovechó que el formato del programa de residencias artísticas no le exige concluir el documental en tres meses sino presentar un avance sólido en el que demuestre que ya cuenta con un discurso consistente. "Conforme pasa el tiempo he acumulado filmaciones que han ido dando forma a una narrativa propia. Yo no propuse un documental con entrevistas sino uno que se construyera con la aproximación de ‘cine directo’ en el que el cineasta sigue a los protagonistas en su vida diaria, si van manejando y quieren hablar los voy grabando o si están en una protesta yo los voy siguiendo. Yo soy como una persona invisible, entonces llega un momento en que las cosas transcurren sin que uno esté influyendo", narró José Luis Elizalde. La historia que originalmente llevaba al padre Pedro Pantoja como hilo conductor se fue ampliando y se robusteció durante los tres meses que recibió apoyo del programa de residencias, de julio a septiembre de 2014. En ese periodo el documentalista mexicano se acercó a otro importante defensor de los derechos humanos en México: Alejandro Solalinde, a quien acompañó en ayunos, marchas, reuniones de trabajo y manifestaciones. "Mi objetivo se pronuncia de manera muy sencilla pero es muy difícil de transformar en realidad: yo quiero encontrar cuál es la motivación  humana que impulsa a los defensores de los migrantes. Pero esto quiero demostrarlo con hechos, más que con cuestionamientos", expuso José Luis Elizalde. — ¿Hay alguna escena, que tú no hayas propiciado, en la que hayas podido encontrar la esencia de lo que significa la solidaridad y defender los derechos humanos? Hay varios momentos, pero recuerdo un día en que, después de cuatro días de ayuno frente a la Secretaría de Gobernación, los defensores de los migrantes deciden mudarse a las instalaciones del Instituto Nacional de Migración y al llegar a esa oficina de gobierno nos enteramos que ese mismo día había muerto la madre del director del instituto. En ese momento el padre Solalinde pide a todos los manifestantes que hagan una pausa en su lucha y sus necesidades para hacer una oración por la madre de la persona que ellos llegaron a criticar. Lo que él dijo en ese momento, que está en el documental, a mí me movió mucho y ahí fue uno de los momentos de la realización de este documental donde siento que pude hacer contacto con el corazón de la solidaridad.