Rompe récord de asistencia la Feria de las Calacas: en tres días 60 mil 30 personas disfrutaron de la festividad 03/noviembre/2014 00:00 Música Artes escénicas En 2013 acudieron 41 mil visitantes Una amplia gama de sonidos, que incluyó ritmos árabes, cuentos mexicanos aderezados con música tradicional y rock vampiresco proveniente de Durango, pudieron disfrutarse durante el último día de actividades de la Feria de las Calacas que se realizó, para celebrar el Día de Muertos con chicos y grandes, desde el 31 de octubre en las Ãreas Veres del Centro Nacional de las Artes. La 14 Feria de las Calacas, organizada por Alas y Raíces del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, cerró ayer domingo a las 8:30 de la noche con una cifra récord: en tres días, del viernes 31 de octubre al domingo 2 de noviembre 60 mil 30 personas acudieron celebrar con las más diversas actividades las festividades de Día de Muertos. El día de inicio de la 14 Feria de las Calacas, el viernes 31 de octubre, acudieron 12 mil 747 visitantes; el sábado 1 de noviembre 18 mil 958, y el domingo 2 de noviembre, 28 mil 325 personas visitaron las Áreas Verdes del Centro Nacional de las Artes para conmemorar una de las celebraciones populares más representativas de México.   Una amplia gama de sonidos, que incluyó ritmos árabes, cuentos mexicanos aderezados con música tradicional y rock vampiresco proveniente de Durango, se disfrutaron durante el tercer y último día de actividades de la Feria de las Calacas, ayer domingo 2 de noviembre. Con el espectáculo De Beirut a Cosamaloapan, Eblen Macari Trío ofreció un recorrido musical desde ritmos orientales hasta música tradicional mexicana, como sones istmeños, interpretados a través del clavecín, la guitarra y las percusiones. El público escuchó lo mismo una tarantela barroca del siglo XVII que piezas españolas interpretadas a manera de son, así como temas medievales ingleses y música celta antigua en idioma bretón, con una canción cargada de tristeza y melancolía que cuenta la historia de un soldado que se va a la guerra y por no saber escribir, cuando regresa su amada se ha casado con otro. Para el Día de Muertos no podía faltar la música tradicional jarocha, por lo que Eblen Macari Trío interpretó con maestría La Lloroncita, además de la pieza De Beirut a Cosamaloapan, que fusiona ritmos árabes y jarochos que sonaban de manera suave para luego cargarse de intensidad. Tras este recorrido musical, el rock llegó con Drackincolmillo, unos simpáticos y guapos vampiros, según ellos mismos señalaron, provenientes de Durango, quienes ofrecieron un concierto interactivo, donde lo más importante era la participación de los espectadores. Y es que luego de interpretar cada tema la banda se retiraba del escenario y los asistentes debían hacer unos cantos gregorianos, a manera de señal de que querían otra canción. Tras el grito de "Hay vampiros", Drackincolmillo comenzó a sembrar el terror con su rock para chavitos colmilludos y abuelitas que rockean, "rockeando fuerte y sin piedad" para alejar a todos, dijeron, del pasito duranguense. A ritmo de charleston, surf y rock pesado, la agrupación sacó el espíritu rockero de los niños, quienes además de hacer la señal vampiresca con la mano en alto, incluso se subieron al escenario para saltar y bailar con la banda, con rolas como El mayor, Gordito Gelatina, Amigo y Niña calavera, que habla de una pequeña que salía de su tumba para ir a la escuela del panteón. Drackincolmillo, según explicaron a los niños, son la séptima generación de vampiros en la Tierra y pueden salir a la luz del Sol, gracias a una fórmula hecha en Cuba, llamada "vampisol", con extracto de piña colada y sangre Roho positivo, por lo que pudieron presentarse en la Feria de las Calacas, organizada por Alas y Raíces, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, para disfrute de vivos y muertos. Finalmente, Itacate de Cuentos puso el toque tradicional con el espectáculo ¡Muertos… pero de gusto!, donde niños y no tan niños pudieron escuchar narraciones de la tradición oral de Tláhuac y Mixquic, acompañados con música mexicana para hacer que viva la tradición. Con catrinas y calacas en zancos demostraron que en México no le tenemos miedo a la muerte, a pesar que a veces "la huesuda reteflaca, te jala la cobija, te lleva de una pata" y que cada 1 y 2 de noviembre regresan los muertos a convivir con los vivos. La muerte, además, está presente en México, en lugares como la Calzada del Hueso o Barranca del Muerto y en refranes como "matrimonio y mortaja, del cielo baja; de golosos y tragones, están llenos los panteones; mala hierba, nunca muere y el muerto y el arrimado, a los tres días apestan". Chicos y grandes pudieron bailar con calaveras, quienes les enseñaron el "pasito calaquero" y el concierto de Itacate de Cuentos finalmente terminó con el estribillo de "Aplaudir, aplaudir, que la calaca se va a morir". Tras tres intensos días de actividades en las áreas verdes del Cenart, que incluyeron talleres, exposiciones, conciertos, presentaciones teatrales, cuenta-cuentos y narraciones orales, concluyó así la XIV Feria de las Calacas que, como cada año, busca celebrar con chicos y grandes el Día de Muertos.