Un mano a mano entre Bach y Vivaldi en el concierto Canticum sacrum de Horacio Franco en el Castillo de Chapultepec 19/diciembre/2014 00:00 Música En una noche de contrastes y virtuosismos musicales los compositores Antonio Vivaldi y Johann Sebastian Bach fueron evocados por Horacio Franco y la Capella Barroca de México en un concierto nocturno en la explanada del Castillo de Chapultepec, donde fueron interpretadas obras muy acordes con la época navideña. En el marco del Segundo Festival Luces de Invierno, el músico guió al numeroso público asistente por un recorrido por las cantatas sacras de los dos inmortales compositores: la BMV 103 y la BMV 47 de Bach, y las piezas Gloria RV 639 y RV 588, de Antonio Vivaldi. Horacio Franco destacó que las dos composiciones de Vivaldi que se presentaron son completamente desconocidas tanto en México como en muchos lugares del mundo, pues son pocos los ensambles que las incluyen en sus repertorios en comparación con la pieza RV 589. “Quisimos incluir para este programa decembrino trabajos muy especiales de ambos compositores, pero sobre todo que nunca hayan sido interpretados en nuestro país. Es decir, es la primera vez que el público va a escuchar las piezas de Vivaldi desde que fueron creadas hace cientos de añosâ€. En una noche de contrastes y virtuosismos musicales los compositores Antonio Vivaldi y Johann Sebastian Bach fueron evocados por Horacio Franco y la Capella Barroca de México en un concierto nocturno en la explanada del Castillo de Chapultepec, donde fueron interpretadas obras muy acordes con la época navideña. En el marco del Segundo Festival Luces de Invierno, el músico guió al numeroso público asistente por un recorrido por las cantatas sacras de los dos inmortales compositores: la BMV 103 y la BMV 47 de Bach, y las piezas Gloria RV 639 y RV 588, de Antonio Vivaldi. Horacio Franco destacó que las dos composiciones de Vivaldi que se presentaron la noche del jueves 18 de diciembre son completamente desconocidas tanto en México como en muchos lugares del mundo, pues son pocos los ensambles que las incluyen en sus repertorios en comparación con la pieza RV 589. "Quisimos incluir para este programa decembrino trabajos muy especiales de ambos compositores, pero sobre todo que nunca hayan sido interpretados en nuestro país. Es decir, es la primera vez que el público va a escuchar las piezas de Vivaldi desde que fueron creadas hace cientos de años". Mencionó que tanto las piezas de Johann Sebastian Bach como de Antonio Vivaldi, responden a su profundo espíritu religioso, y por ello la Capella Barroca de México realiza con cada pieza una profunda investigación musical. "Son obras que forman parte de uno de los más magnos repertorios de los ritos luterano y católico y que sin duda son de una notable belleza, pero además una puerta de conocimiento al alma y el talento de sus creadores". Con respecto a los simbolismos en torno a la navidad y la religiosidad de estas obras, Horacio Franco afirmó que aunque no practica ninguna religión sí le parece sagrado el pensamiento y la inspiración de los compositores en el momento de crear estos monumentos musicales. "Puedo entender sus creencias en torno a que Dios vino a salvar el mundo. Yo en lo personal, al no ser creyente, me gustaría que en estas fechas reflexionáramos si realmente hay una creencia en cuanto a las creencias y la manera como se comportan los hombres. Si quieren adorar a un Dios cuya imagen es amor eterno y amor para todos los seres humanos, entonces no entiendo porque no se practican sus costumbres, me gustaría más congruencia en ese sentido", señaló Horacio Franco. El concierto abrió con Antonio Vivaldi y su RV598 Salmo 111, para alto, dos sopranos y continuo para luego seguir en un mano a mano con Johann Sebastian Bach y su cantata BMV 47, compuesta en 1716, nombrada Wet sich selbs erhöhet (Aquel que se alabe a sí mismo). El público reunido en la explanada del castillo de Chapultepec celebró la virtuosa interpretación de la Capella Barroca de México y se preparó para la segunda parte del concierto que fue engalanado nuevamente por Bach y su cantata BMV 103, compuesta en 1725 y conocida también como Ihr Werdet Weinen und Heulen (Llorarán y lamentarán). El concierto cerró con broche de oro con Introducción y Gloria RV 639 y RV 588, piezas de Antonio Vivaldi interpretadas por primera vez en México y que exigen la presencia de tenor, soprano, coro y alto. Un gran aplauso y vítores del público sellaron la gran velada Canticum sacrum en el Castillo de Chapultepec.