Celebran el Día de la Candelaria en la XXV Feria del Tamal 03/febrero/2017 00:00 Patrimonio cultural, arquitectura y turismo Por la tarde, una conferencia sobre cocina mexicana En su último día de actividades, la XXV Feria del Tamal nuevamente convocó a gran cantidad de visitantes quienes acudieron, desde diversos puntos de la ciudad y el Estado de México, para celebrar el Día de la Candelaria y degustar la gran variedad de tamales que se ofrecen de diversas regiones del país e incluso del extranjero. Y es que en el Museo Nacional de Culturas Populares hay de todo, desde los tradicionales verdes y de mole, hasta de ingredientes exóticos como pejelagarto, gusano de maguey, chapulines y chicatanas, además del famoso zacahuil de la Huasteca y de los nacatamales de Centroamérica. También se ofrecen vegetarianos, los tlapiques que no llevan masa, sólo un guisado, así como una gran gama de tamales dulces como de zarzamora, chocolate con menta y miel de abeja, para todos los gustos. Los productores celebran la oportunidad que les ha dado este encuentro gastronómico para compartir sus saberes y sabores. Desde Tabasco, Gerardo Trujillo tiene tamalitos de pejelagarto, de chipilín, chanchamitos, maneas, tamal de masa colada, de frijol con chicharrón y de masa revuelta, los cuales pueden ser acompañados con pozol, chocolate artesanal y agua de mucílago, la cutícula que cubre al grano de cacao y que resulta muy refrescante. Afortunadamente, dijo, todos sus tamales han tenido gran aceptación. "Es la primera vez que nos invitan a un evento como este y nos vamos muy contentos, tuvimos mucha aceptación y es un orgullo para nosotros traer parte de la gastronomía tabasqueña". Para otros, ya es toda una tradición su presencia en la Feria del Tamal, como para Ana María que, procedente de San Pedro Atocpan, acude desde hace 25 años con tamales de gusano de maguey, escamoles, chapulines, mole almendrado y mole con guajolote, además de los dulces de zarzamora con queso, fresa, nutella, elote y auténtica miel de abeja. Los más demandados, indicó, son los de gusano de maguey, escamoles y el tradicional de mole almendrado, así como el atole de monja, que es estilo rompope pero la diferencia es que no lleva huevo, pero sí un toque de alcohol. Y los asistentes también disfrutan con todas estas delicias. Diana Ortiz originaria de Ciudad Neza optó por un zacahuil y un pozol servido en guaje. "Está muy bien, porque hay muchos sabores, de muchos estados, mucha variedad, casi cada año venimos". Y como señaló Elisa Guerrero, "el tamal es riquísimo y pues nada como lo nuestro". Fernanda y Silvia acudieron a festejar ahí el Día de la Candelaria porque amanecieron con un gran antojo de tamales. "Están riquísimos, buenísimos, es el primero que nos echamos y vamos a seguir catando, ya sabes, pero están muy ricos". Mientras Fernanda probó uno de elote, Silvia degustó uno de mole que, dijo, "tiene un montón de cositas adentro", ambos de Chiapas. "Quisimos ir a probar justo los que no conocíamos, yo creo que de eso se trata y está bien padre porque hay hasta de otros países, Honduras Nicaragua y también queremos probar aquellos". La Feria del Tamal en su edición 25 continuará a lo largo de este 2 de febrero y para la tarde se tiene programada una conferencia titulada "La cocina mexicana. Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad" a cargo de José Iturriaga. Como se trata de una celebración integral, los asistentes además de degustar la gran variedad de tamales, pueden visitar la exposición La milpa. Espacio y tiempo sagrado que se exhibe en el Museo Nacional de Culturas Populares e incluso adquirir libros sobre cocina mexicana que se ofertan en un stand de Educal.