Conaculta recuerda al poeta Alí Chumacero a un año de su muerte

  • Efemérides
Comunicado No. 2283/2011
22 de octubre de 2011

***El poeta y editor, que falleció el 22 de octubre de 2010, será reconocido este domingo en el Palacio de Bellas Artes

***Esta misma semana, Conaculta anunció la adquisición del fondo bibliográfico del nayarita como parte del proyecto La Ciudadela, ciudad de los libros

Este domingo 23 de octubre, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, personalidades como Emanuel Carballo, Francisco Conde Ortega, Vicente Quirarte, Alicia Zendejas y Joaquín Diez-Canedo Flores se reunirán para celebrar y valorar el legado del poeta Alí Chumacero, a un año de su fallecimiento.

     Con este acto, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes recuerda al también editor que falleciera el 22 de octubre de 2010. Entonces fue despedido en el mismo recinto en que ahora se le reconoce.

     “Alí Chumacero nos contaba que iba a ser inmortal o que por lo menos iba a vivir hasta los 200 años. Estamos aquí representando a las instituciones, pero más como amigos y admiradores de la obra de un hombre que merecía ser eterno”, dijo Consuelo Sáizar aquella tarde.

     Nacido el 9 de julio de 1918 en Acaponeta, Nayarit, Alí Chumacero fue un ávido lector desde su niñez. Su primera obra publicada, Poemas de amorosa raíz, apareció en 1940 en el primer número de la revista Tierra nueva, publicación donde después realizaría numerosos trabajos de crítica literaria y de arte.

     También colaboró en suplementos culturales como la Revista Mexicana de Cultura, México en la cultura y Cultura de México.

     Como editor se desarrolló en el Fondo de Cultura Económica, donde participó en las colecciones Breviarios, Lengua y Estudios Literarios, y Letras Mexicanas. Alfonso Reyes, Mariano Azuela, Gilberto Owen, Juan Rulfo, Julio Torri, Efrén Hernández y Xavier Villaurrutia son sólo algunos de los autores que pasaron por la edición de Chumacero.

     “Me han dicho el ‘pastor de la palabra’. Soy un hombre que se ha dedicado a los libros, a los que se va a dedicar hasta el último momento. Y cuantas veces se me ha pedido o insinuado que cambie de profesión, siempre he esbozado una sonrisa: no cambio de profesión ni a la hora de la muerte, quizá de país pero no de profesión”, dijo el nayarita durante el Homenaje Nacional que se realizó por sus 90 años.

     A la par de su labor como editor, Chumacero siguió con su poesía en tres libros: Páramo de sueños (UNAM, 1944), Imágenes desterradas (Editorial Stylo, 1948) y Palabras en reposo (FCE, Letras Mexicanas, 1956).

     Esos tres volúmenes fueron suficientes. El propio Chumacero lo dijo: “He escrito poco. No me arrepiento es mejor dejar una línea perdurable, que un grupo de libros que se tire al cesto de la basura”. Y lo logró, nos dejó una línea perdurable que ahora recordamos.