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Celebra 66 años de vida el escritor Héctor Manjarrez

  • Efemérides
Información: HBL
Comunicado No. 2344/2011
28 de octubre de 2011

***Conaculta felicita al autor de la novelas Pasaban en silencio nuestros dioses (1987), El otro amor de su vida (2000) y Rainey, el asesino (2002)

Autor que a menudo se muestra inclasificable para lectores y especialistas, Héctor Manjarrez es considerado uno de los autores nacidos en el siglo XX con una de las prosas más sólidas de su generación, además de ser dueño de un imaginario rico en mosaicos, imágenes y personajes que cuestionan la condición humana.

     Nacido el 28 de octubre de 1945, el escritor y ganador del Premio Xavier Villaurrutia en 1983, Manjarrez ha obsequiado a la literatura nacional numerosos libros donde da muestra de su talento, entre ellos Pasaban en silencio nuestros dioses (1987), El otro amor de su vida (2000) y Rainey, el asesino (2002), así como No todos los hombres son románticos (1983) y Ya casi no tengo rostro (1996).

     El crítico literario Cristopher Domínguez Michael afirmó en el texto introductorio del número dedicado al escritor, de la serie Material de Lectura, de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, que entre los escritores de su generación ninguno cultiva como Héctor Manjarrez el cuento como verdadera forma artística, en una época en que el texto ha borrado, no siempre para bien, las fronteras, tan sutiles como precisas, entre los géneros narrativos.

     Domínguez Michael opina que las narraciones de Manjarrez se leen como un  testimonio de notabilísimo caso de rigor y autocrítica, contrastado con un horizonte narrativo que se caracterizó por la megalomanía autobiográfica y el dispendio anual de talento.

     “Héctor Manjarrez es también melómano, un memorioso ensayista literario (El camino de los sentimientos, 1990) y ese poeta que acaso disfruta de las libertades garantizadas por su exclusión del canon, como puede leerse en El golpe avisa (1979) y Canciones para los que se han separado (1985). Su poesía suele ser sentenciosa: acompaña, resume y refuta su obra narrativa”, afirma el crítico.

     Manjarrez, dice Domínguez Michael, suele leerse como un cronista de la educación sentimental de los jóvenes europeos y latinoamericanos de los años sesenta y setenta.  

     Su experiencia internacional, afirma el crítico, la de un muchacho que vivió en Belgrado, París y Londres durante una década, se convirtió, cuando regresó a México en 1971, en una búsqueda que sintetiza una literatura en movimiento capaz de trascender, enriqueciendo los tópicos amorosos, sexuales y políticos de esa minoría emocional que habitualmente se reconoce en la narrativa de Manjarrez.

     “Manjarrez fue un escritor pagano enamorado de las lenguas bárbaras, de la Revolución como culto dionisiaco, de la Contracultura como una nueva escuela de las mujeres. Es un moderno, tal como entendían los romanos esa palabra, es decir, alguien que vive un tiempo común al resto de los ciudadanos, comunidad que no es “actual” sino espacial, un vínculo con la incesante y lucreciana metamorfosis de todas las cosas, las constelaciones y los cuerpos”.

     Y agregó: Entre la nostalgia y el pesimismo, la destrucción o el amor, Eros y Tanatos, Manjarrez nos interroga sobre mente y cuerpo. No le interesan las respuestas porque el suyo es un arte de la pregunta”.