El rebozo: identidad y tradición en el Estado de México
15 de enero de 2013
***Tenancingo: municipio del Estado de México dedicado a elaborar rebozos
***Patrimonio cultural cargado de tradición

El Estado de México cuenta con una inmensa gama de artesanías hechas de muy diversos materiales, también es dueño de una gastronomía cuyos ingredientes remontan a un pasado prehispánico o a un escenario colonial que permite
rememorar los hechos históricos sobresalientes de nuestro territorio. Entre todos los tesoros del Estado de México, se encuentra el rebozo, prenda que además de ser de una belleza sin igual, está elaborada artesanalmente y es parte de la tradición de algunos pueblos utilizarlo en determinados eventos sociales. Tenancingo es el lugar donde se elaboran diferentes tipos de rebozo, incluso en ese municipio se lleva a cabo, en el mes de septiembre, una feria en la que se reconoce el trabajo de esta vestimenta muy mexicana y en la que participan más de 30 artesanos que buscan rescatar su uso.
Hace más de diez años que se organizó la primera Feria del Rebozo que nació como un experimento para rescatar la artesanía característica de los mexicanos y, con ello, impulsar a los artesanos de la localidad.
Pero, ¿qué encierra esta hermosa prenda en el proceso de su elaboración? Expertos en hacer rebozos dicen que son quince pasos los que hay que seguir antes de tener un rebozo listo, que además todos como mexicanos debemos saber para empaparnos sobre la cultura de nuestro país, los pasos son: El devanado, el urdido (lo que le da el ancho y el largo), el pepenado (se amarra el hilo, se pasa por atole de maíz y se deja secar), el dibujo (se raya, o se dibuja, el hilo amarrado), el remojado (se remoja en agua para que se le caiga el atole), el teñido, el desatado, el apuntalado (se apuntala cada 40 cm para que se fije el dibujo y no se mueva), el almidonado (se almidona para que no se rompa el hilo al entreverarlo), el entreverado (cada rebozo consta de dos partes: el fondo y el dibujo, en el entreverado se juntan las dos partes), el jicotado, el tejido y, por último, el empuntado (esto generalmente no lo hace la misma persona que teje el rebozo, sino un artesano que sólo se dedica a empuntar lo que le pide el tejedor. Hay empuntados que se tardan hasta cuatro meses en hacerse)
Esta pieza, que encierra historia, tradición y belleza, es símbolo de luto, de respeto, de feminidad y, por supuesto, de arte popular que se engarza con las más arraigadas tradiciones mexiquenses.