Emilio Carballido, uno de los pilares del teatro mexicano del siglo XX
Comunicado No. 261/2011
11 de febrero de 2011
***Conaculta le rinde homenaje en el tercer aniversario luctuoso

Emilio Carballido perteneció al destacado grupo de artistas conocido como la generación del Medio Siglo, entre los que se encontraban Héctor Mendoza, Sergio Magaña, Jorge Ibargüengoitia, Luisa Josefina Hernández, Sergio Galindo, y Rosario Castellanos, entre otros, y con ellos formó parte del movimiento artístico que dio lugar al teatro moderno en México. Conaculta rinde homenaje a Emilio Carballido en el tercer aniversario de su fallecimiento, que se cumple este 11 de febrero.
La obra de Emilio Carballido fue admirada por Rosario Castellanos, quien afirmó: “en el teatro (…) ha logrado la creación de obras más perfectas y admirables. En Emilio hay una cualidad esencial: la simpatía. Con ella se ha acercado siempre a sus criaturas para comprenderlas, para interpretarlas. Ella le ha permitido ir más allá de las meras apariencias para alcanzar el núcleo más verdadero de las leyes generales que rigen los fenómenos de la conducta y la personalidad humanas".
Por ser “un literato siempre joven, propositivo, contemporáneo e innovador"; en mayo de 2002, Emilio Carballido obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, y el 31 de julio de ese mismo año ingresó a la Academia de las Artes en una ceremonia que se llevó a cabo en el Museo Nacional de San Carlos.
Carballido escribió Rosa de dos aromas, la primera obra que se adentró en la complejidad de la mujer; permaneció en cartelera durante seis años en su primer montaje y cuatro años en el segundo. Fue representada en más de siete países.
El dramaturgo y promotor cultural Emilio Carballido estudió la licenciatura en letras inglesas y la maestría en letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue subdirector de la Escuela de Teatro de la Universidad Veracruzana, la cual lo nombró Doctor Honoris Causa, y director y profesor de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); impartió cursos especiales de teatro en colegios y universidades de Estados Unidos, del Caribe, Centroamérica y Sudamérica, donde obtuvo premios y menciones especiales.
En el Instituto Politécnico Nacional tuvo un taller de composición dramática donde condujo la formación de nuevos dramaturgos. Asimismo dirigió talleres teatrales en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Colegio de Bachilleres. Fue maestro de los dramaturgos Sabina Berman y Víctor Hugo Rascón Banda a quienes reconocía como dos cabezas de generación.
Emilio Carballido escribió sobre todo teatro, género literario que por su calidad le llevó a obtener premios y reconocimientos en una ardua labor creativa conjugando la enseñanza teatral, las puestas en escena y un gran impulso a las actividades artísticas y culturales.
“El dramaturgo más montado en el idioma, el apalabrador más directo que la vida ha tenido en el teatro en español: Emilio Carballido”, escribió en abril de 2008 Sabina Berman en un artículo de despedida publicado en la revista Letras Libres.
Artista emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y la Artes (Fonca), Carballido es autor de una extensa obra literaria, en la que se encuentran más de 100 obras de teatro, nueve novelas, dos volúmenes de cuentos, decenas de prólogos, guiones para cine y televisión; fue asimismo director de escena, con obras propias y ajenas.
Nacido el 22 de mayo de 1925, en Córdoba, Veracruz, Carballido se dio a conocer como dramaturgo con la obra Rosalba y los llaveros, estrenada en el Palacio de Bellas Artes en 1950, bajo la dirección de Salvador Novo, quien era jefe del Departamento de Teatro y quería estrenar una obra para inaugurar la temporada internacional.
Entre los premios y distinciones obtenidas por Carballido destacan: beca del Instituto Rockefeller; beca del Centro Mexicano de Escritores; Premio Casa de las Américas 1962 por la obra Un pequeño día de ira; Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Literatura 1996; dos Arieles en 1972 por el argumento y guión de El Águila Descalza de Alfonso Arau y Ariel de Oro por su trayectoria cinematográfica.
El dramaturgo tuvo éxitos teatrales como Un pequeño día de ira (1961), ¡Silencio pollos pelones, ya les van a echar su maíz! (1963), Te juro Juana que tengo ganas (1965), Yo también hablo de la rosa (1965), Acapulco los lunes (1969), Las cartas de Mozart (1974), Rosa de dos aromas (1986) y otras.
Algunas de sus obras fueron llevadas al cine, como Rosalba y los llaveros (1954), Felicidad (1956), Las visitaciones del diablo (novela) en 1967, La danza que sueña la tortuga (1975), El Censo (1977), Orinoco (1984), Rosa de dos aromas (1989).
Emilio Carballido comenzó a escribir guiones cinematográficos en 1957 (La torre de marfil, en colaboración con Luisa Josefina Hernández) y tiene más de 50 películas en su haber, incluida su colaboración en el filme Nazarín de Luis Buñuel.
Su obra se ha representado en diversos países como España, Alemania, Francia, Bélgica, Israel, Colombia, Venezuela, Cuba, México. Colaboró en numerosas publicaciones como América, México en el Arte, La Palabra y el Hombre, El Nacional y El Hombre.
Carballido escribió obras de teatro a partir de 1948, de las que destacan: La zona intermedia (1948), La triple porfía (1948), Medalla al mérito (1949), Las cartas de Mozart (1974), La vida de Chucho el Roto (1980), Tiempo de ladrones (1980). De su obra literaria se encuentran las novelas: La veleta oxidada (1956), El Norte (1958), Las visitaciones del diablo (1964), El Sol (1970), Los zapatos de fierro (1976).
Asimismo escribió los cuentos: La desterrada (1956), La plaza después del combate (1956) y La caja vacía (Colección de 10, 1962). Los guiones cinematográficos: Macario (basada en una obra de B. Traven, 1961), La adoración de los magos (1968) y Los novios (1970).
Escribió también un libreto de ópera en un acto, Misa de seis arreglada musicalmente por el compositor Carlos Jiménez Mabarak. La ópera fue estrenada en el Palacio de las Bellas Artes en 1965.
Sabina Berman recordó así a Carballido: “estaba siempre rodeado de gente. Alumnos, trabajadores de Tramoya, actores y directores, amigos, académicos, y más y más amigos”.
“Al contrario del escritor alienado, esa figura romántica, Carballido se consideraba uno entre la gente. No por cierto cualquiera, sino el del más divertido oficio, el dramaturgo: el organizador del drama, de la acción, de la gente”.
“De ahí su fluidez en la escritura. Escribía de la gente y para la gente. De ahí también su infalible puntería dramática. Tenía a la gente integrada en la conciencia: donde él reía al escribir, reirían sus congéneres; donde lagrimeaba, llorarían”, expresó la también dramaturga.
Tras recibir en 2002 el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, Carballido expresó: “Para mí todo el acto literario es un placer, ya tengo unas 15 o más novelas, dos tomos de cuentos, algunos ensayos, antologías y colecciones de obras que me interesan mucho".
"Escribo cuando se ofrece, me levanto a las 11 de la mañana o a las 12, pero si es necesario lo hago a las seis de la mañana y salgo a brincar a donde se pueda. Soy lo que se ofrezca, no quiero tener ni horario ni rutina, ni ser empleado de mí mismo", manifestó el escritor.
Desde su perspectiva además del talento natural y de la formación, para ser un buen dramaturgo indicaba que se necesita tener oficio literario sensato, escribir bien, porque una idea puede ser muy buena, pero si no está bien escrita no sirve para nada ni tendrá eficacia: “El dramaturgo es un poeta de la escena, nada más”, solía decir.
En la obra del dramaturgo, la presencia del mar es una constante. Fotografía en la playa es un ejemplo, fue reestrenada en Bellas Artes en 2004. Se trata de un texto "nostálgico que narra la historia de la separación de una familia en donde todo se vuelve frágil, un ya pasó todo y de repente se extingue", explicó el autor.
Algunos meses del año los pasaba en su casa de la Ciudad de México porque cada vez le gustaba más vivir en Xalapa con sus dos gatas. Al escritor le costaba mucho trabajo estar lejos del mar: “Me encanta el mar y cuando puede se filtra entre mis obras”, afirmaba Carballido.
En 1995, Juan Domingo Argüelles cuenta que al preguntarle a Emilio Carballido si entre su amplia y variada bibliografía narrativa y dramática tenía un libro preferido, él le contestó: "No es precisamente que tenga un libro preferido o favorito, sino que hay cosas que solas se colocan en posiciones privilegiadas. Digamos que la recepción que tienen influye mucho en que uno las reestime. O, a veces, la falta de recepción hace que esté uno triste y las quiera más. De las novelas, El norte, por bien tratada, y El sol, por maltratada, son de mis consentidas. En teatro, Yo también hablo de la rosa, El relojero de Córdoba, Rosalba y los llaveros, que es la primera, y Rosa de dos aromas y Orinoco, entre las últimas".
En enero de 2003, Carballido superó una trombosis cerebral y una neumonía que lo mantuvo hospitalizado en el Centro de Especialidades Médicas de Xalapa, Veracruz y el hospital ABC de la Ciudad de México. En el 2005, en el marco del festejo por sus 80 años y tras el estrenó su obra Lula y Perla (más la justicia), le fue colocado un marcapasos sin complicaciones.
Murió el 11 de febrero de 2008 de un ataque al miocardio y se le rindió homenaje en el Teatro del Estado que en su honor ahora lleva su nombre: Teatro Emilio Carballido. Sus restos fueron sepultados en el Mausoleo de los Veracruzanos Ilustres, en Xalapa. El 13 de febrero es “Día de Luto Estatal” en memoria del escritor. Cada año, en agosto, en la ciudad de Córdoba, se realiza el Festival de Teatro Emilio Carballido en homenaje a este dramaturgo, considerado uno de los pilares de la escenografía contemporánea.