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Las mujeres han logrado un sitio importante en la investigación en México: Josefina Zoraida Vázquez

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Información: MAC
Comunicado No. 420/2011
09 de marzo de 2011

***Marcela Ternavasio, Ana Catalina Reyes, Asunción Lavrin y Josefina Zoiraida Vázquez  participaron en la mesa Historiadoras  en el Primer Congreso Internacional La Experiencia Intelectual de las Mujeres en el Siglo XXI

***Las historiadoras perfilaron los retos que tienen por delante los jóvenes que estudian esta disciplina

Un debate sobre si la historia es una ciencia o no, una invitación a que se revierta el provincialismo de la historiografía latinoamericana y la mención de algunos de los retos que tienen por delante los jóvenes historiadores, fueron las aportaciones de la mesa Historiadoras del Primer Congreso Internacional La Experiencia Intelectual de las Mujeres en el Siglo XXI, en la que participaron Marcela Ternavasio (Argentina), Ana Catalina Reyes (Colombia), Asunción Lavrin (Estados Unidos) y Josefina Zoiraida Vázquez (México).

Durante el tercer día de actividades de este Congreso organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), las historiadoras compartieron su experiencia profesional con la numerosa en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

        La doctora Josefina Zoiraida Vázquez, moderadora de la mesa, contó su propia experiencia como estudiante de historia. “Yo viví en el México de los 20 millones de habitantes que había en la década de los años cuarenta del siglo pasado. La ciudad de México apenas y sobrepasaba el millón de habitantes, pero tuvo esa explosión demográfica y pasamos de 20 a 100 millones de habitantes. Dentro de este mundo yo entré a la preparatoria de la UNAM en 1948, donde en mi grupo éramos cinco mujeres y 48 hombres. Once años después, cuando yo empecé a dar clases, mis alumnas eran casi la mitad que los alumnos.

        “Esto me hace que ver que el lugar de las mujeres ha sido importante y que hoy en día, por ejemplo, en los posgrados son más las mujeres que los hombres y se doctoran antes que ellos con muy buenas calificaciones. Sin embargo, esto no se refleja en otros ámbitos. Por ejemplo, en El Colegio Nacional hay ahora dos mujeres y 35 hombres, lo que no representa la importancia de la mujer en la cultura mexicana; de igual manera, el Premio Nacional de Ciencias y Artes ha sido entregado a 34 mujeres contra 283 hombres”, contextualizó la doctora Josefina Zoiraida Vázquez.

        La investigadora explicó que en México la explosión demográfica coincidió con la especialización de la historia, por lo que las mujeres entraron más o menos en ese mundo a partir de la década de los cincuenta, porque prácticamente antes no había historiadoras.

        “Sin embargo la situación ha cambiado mucho porque don Edmundo O’Gorman, poco antes de morir, me dijo: ya la historia está en manos de mujeres. Y sí, somos mayor número de historiadoras. Lo importante es ver cómo hoy en día las mujeres destacan en diversas ramas del estudio de la historia. Hemos favorecido mucho la historia social y la historia cultural, lo cual ha enriquecido la forma en que se enseña la disciplina.

        “Tenemos que ver cuáles son los retos que van a tener las jóvenes que estudian ahora la historia y los cambios que enfrentarán. Hemos avanzado mucho en la historia, salimos a dar conferencias, dirigimos centros de estudios, pero todavía no tenemos una rectora de la UNAM; ya tenemos una directora en el IPN, que ya es un avance, pero tampoco ha habido una presidenta de El Colegio de México, así que todavía nos queda camino”.

        Al abundar sobre los retos que tienen los jóvenes, Josefina Zoraida consideró que uno de ellos es dejar de ver a México cómo un simple fenómeno definido por la geografía. “Me irrita mucho el provincialismo de la historiografía latinoamericana. Es decir, todos los países estamos viendo nuestro ombligo y creo que es tiempo de pasar a otra etapa. Esa es una tarea para las colegas que vienen detrás”.

        En su oportunidad, la argentina Marcela Ternavasio consideró que los historiadores tienen un perfil complicado y por lo tanto la gente percibe que la historia ya está escrita, que no es parte de una ciencia, pues no hay descubrimientos, excepto que se encuentre algún nuevo documento.

        “Estoy muy convencida de que somos muy diferentes a las ciencias duras. Lo que quiero marcar es la dicotomía entre un saber sometido a reglas y el perfil del historiador donde todos somos dueños de la historia. Este es para mí el problema. El segundo problema que se deriva de ahí es que no somos iguales que las ciencias duras pero la distribución de recursos académicos y de investigación se hace según las reglas de las ciencias blandas y las ciencias duras, y el segundo punto es que las reglas de evaluación para nuestras ciencias blandas son según las ciencias duras.

        “Esto crea otro problema que es el del ‘carrerismo’, que nuestras generaciones no sufrieron tanto pero que veo que nuestros jóvenes aprenden a ingresar al mundo académico con una idea muy peligrosa y distorsionada de lo que es una carrera académica, sean las ciencias duras o las blandas. Un becario sabe a dónde tiene que publicar para hacer una carrera donde no hay una apuesta intelectual, y eso me preocupa”, dijo Ternavasio.

        La colombiana Ana Catalina Reyes contó que pertenece a la primera generación de historiadores profesionales de Colombia. “Soy parte de una generación de mujeres en Colombia que dimos en gran salto, después de una inmensa lucha de muchas mujeres, a romper con un arquetipo femenino de madre, esposa, hija y de aventurarnos al mundo del trabajo, al mundo académico sin renunciar a los otros roles, que ya de por sí eran una dificultad real. Esto se da en un contexto internacional muy importante: la Revolución Cubana, los movimientos juveniles en Europa, el hipismo y la revolución sexual, porque el control natal permitió que las mujeres realmente pudiéramos tomar decisiones libres sobre nuestro cuerpo. Eso nos transformó la vida.

        “La historia para mí nunca ha sido una ciencia, es una disciplina que maneja la imaginación controlada, con el rigor de las fuentes, pero por eso tiene que manejar un lenguaje literario y tiene que generar una empatía con los lectores. La historia, generalmente, se ha vuelto un tema de especialistas, es muy mal escrita y yo creo que eso ha hecho que pierda audiencia.

     “Los historiadores tenemos que entender que hay que generar nuevas formas de llegar al público, el video, el cine, los procesos multimedia, la literatura histórica para niños son todos campos de acción que las nuevas generaciones tienen que abordar porque es la forma de que la historia se mantenga viva y tenga público y lectores”, aseguró Ana Catalina Reyes.

        Finalmente, la historiadora Asunción Lavrin se pronunció porque los jóvenes historiadores elijan un tema y salgan de las fronteras geográficas, que conozcan los matices dentro de cada cultura. “Yo siempre me he preguntado si la historia es ciencia o humanidades. Nunca me he sentido científica, aunque sé que la historia necesita de un entrenamiento riguroso y reglas, pero francamente eso de ciencias históricas me ha sonado no hueco, pero sí un poco estirado. Yo veo la historia como una rama de la humanidad dentro de la cual cabe la parte artística, la parte emocional, mi vocación no es científica sino algo que se desarrolló en mí como algo muy personal”.

        El Primer Congreso Internacional La Experiencia Intelectual de las Mujeres en el Siglo XXI continuará hasta el próximo 11 de marzo en el Palacio de Bellas Artes. Es transmitido en vivo por el canal TV Mujeres (159 de cablevisión), un espacio televisivo que acompañará el congreso durante todo el mes de marzo, con transmisión de 24 horas diarias. Además, el Canal 22 y Radio Educación ofrecerán una programación especial.

        Por otro lado, el desarrollo del Congreso estará presente en las redes sociales a través de http://www.congresomujeres.com/ con trasmisiones en vivo, noticias, Twitter, Facebook y un prerregistro para facilitar el acceso a las conferencias.