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El libro es un objeto maravilloso en el que los más sabios dan lo mejor de sí mismos: Rodrigo Martínez Baracs

  • Libros, revistas y literatura
Información: PRZ
Comunicado No. 470/2011
16 de marzo de 2011

***El título La biblioteca de mi padre, editado por el Conaculta, en el que da cuenta del tesoro que reunió el escritor, editor y bibliófilo  José Luis  Martínez, se presentará mañana jueves 17 de marzo

“Trabajar en la tarea que uno puede hacer, sin esperar reconocimientos,  hacerlo por el gusto, por hacer el bien, con toda la entrega posible y ayudar a los demás, en el terreno intelectual, cultural, y como escritor fue una de las mayores enseñanzas que aprendí de mi padre”, expresó Rodrigo Martínez Baracs, hijo del escritor, investigador, ensayista, académico y bibliófilo jalisciense José Luis Martínez, cuya biblioteca de 73 mil obras y que reunió a lo largo de 71 años fue adquirida por el Conaculta e inaugurada en enero pasado en la Biblioteca de México “José Vasconcelos” de la Ciudadela.

        Tras el deceso de su padre, para ayudar a la selección de los textos que los especialistas comenzarían a empacar y posteriormente llevarlos a la Biblioteca México, su destino final, Rodrigo Martínez Baracs, escribió --hace cuatro años-, un texto que sirvió como guía del contenido de la biblioteca y que ahora publica el Conaculta: La biblioteca de mi padre, el cual  se presentará mañana jueves 17 de marzo a las 18:00 horas en el Auditorio de la Biblioteca de México “José Vasconcelos”, Plaza de la Ciudadela No. 4,  Centro Histórico. En el acto participarán: Adolfo Castañón, José de la Colina, Laura Emilia Pacheco, Fernando Álvarez del Castillo, como moderador, y el autor.

        El texto de Rodrigo Martínez Baracs, emotivo, sensible, que más bien se lee como un diario de vida, y en el que escribe los recuerdos y enseñanzas de don José Luis Martínez, habla además del cariño que su papá les inculcó por los libros, a él, a José Luis, el mayor, y a su hermanas Andrea Guadalupe.

        “El libro es un objeto muy maravilloso, un libro, los libros, las bibliotecas, es un depositario donde la gente más sabia y más inteligente da lo mejor de sí mismo en conocimientos y pensamientos expuestos de manera agradable, donde nuestros antepasados estén vivos o no, nos están dando lo mejor sí mismos. Una biblioteca es un conjunto de saberes que nos enriquecen mucho, dependiendo de nuestra capacidad para recibir y estar abiertos a esa sabiduría”, expuso Rodrigo Martínez Baracs.

        Recordó que la venta de la Biblioteca a una institución mexicana era un deseo de su padre, quien no quería que se fuera al extranjero o se dispersara, sino que se mantuviera viva, esto es, que algunas de las colecciones más importantes de la biblioteca se sigan adquiriendo porque el legado de su padre es único. “Haber vendido la Biblioteca José Luis Martínez al Conaculta para nosotros fue una gran alegría. Nos hubiese gustado que nuestro padre hubiese sabido que su sueño se estaba realizando, porque es un reconocimiento que la sociedad entera, a través del gobierno, reconoce en ella un bien que se debe cuidar”.

        Añadió que los hermanos Martínez sintieron de parte de la presidenta del Conaculta, Consuelo Sáizar, una actitud extremadamente positiva desde el momento en que se realizó la adquisición: “porque mostraron un verdadero reconocimiento por la importancia de la biblioteca -–que contó con el apoyo de muchos personajes como Enrique Krauze, Gabriel Zaid, Adolfo Castañón entre otros:-– que se sumaron a la necesidad que había de cuidarla. Desde el momento en que se realizó la compraventa, quienes llegaron a casa de mi padre para embalar los libros, lo fueron haciendo casi con devoción.”

        Rodrigo Martínez Baracs aclaró que la verdadera riqueza de la biblioteca José Luis Martínez, está en la literatura mexicana de los siglos XIX y XX.  Los hermanos Martínez mantienen un contacto muy estrecho con la gente de la Biblioteca de México y han apreciado que el legado se mantenga vivo porque continúan consiguiendo algunas series que hacen falta, revistas o los libros de Octavio Paz o de Alfonso Reyes que se siguen editando en México y en otros países.

        Historiador especializado en el México colonial e investigador de tiempo completo en la Dirección de Estudios Históricos del INAH y autor de varios libros, Rodrigo Martínez Baracs se refirió a las numerosas tareas que realizaba su padre.  Atribuye que la clave de su vigor intelectual posiblemente estuviera en la siesta que tomaba por las tardes, lo que la ayudaba a continuar con su trabajo de escritura que realizaba durante las noches: “tuvo la capacidad de ser un conocedor de gran cantidad de materias, comenzó como experto en literatura mexicana del siglo XX, después del siglo XIX, escribió el libro sobre Nezahualcóyotl, entre muchísimas obras”.

        Fue don José Luis Martínez  quien contagió a sus hijos el gusto por los libros y por ir a las librerías de viejo. “Nos pegó el gusto muy fuerte de tal modo, que los tres hijos nos hicimos bibliófilos y tenemos bibliotecas bastante grandes.  Nunca tuvimos ninguna tentación antes de la venta de su biblioteca, por escoger los mejores y llevárnoslos a nuestras casas, al contrario, le fuimos agregando libros con el afán de que no faltara ninguna serie”.

        Rodrigo pertenece a la Sociedad Mexicana de Bibliófilos, en la que estuvo su padre. Él paga la cuota de su papá para que los libros que edita dicho organismo lleven el sello con el nombre de José Luis Martínez  y mantiene la obsesión de ir a las librerías viejo, de comprar libros en otros idiomas, y de acudir a la Feria del Libro de Ocasión, para prodigarse un placer: seguir adquiriendo obras.