Escribimos por una mezcla de perversidad e inocencia: Julián Herbert y León Plascencia Ñol

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Información: PRZ
Comunicado No. 676/2011
08 de abril de 2011

***Presentarán el libro Tratado sobre la infidelidad que edita la Dirección de Publicaciones del Conaculta en su colección El Guardagujas

El libro de cuentos Tratado sobre la infidelidad sigue un ritmo, tiene una polifonía de voces que al mismo tiempo es una sola voz que habla desde una perspectiva que a veces es desgarradora, en ocasiones pasional, en otras es amorosa, cínica y divertida pese a que son distintos cuentos”, explicó Julián Herbert, coautor del título.

        El volumen, editado por la Dirección de Publicaciones del Conaculta en su colección El Guardagujas, y que trabajaron al alimón Julián Herbert  y León Plascencia Ñol surgió del  azar: Julián Herbert estaba escribiendo una novela en Saltillo, mientras que León Plascencia vivía en Seúl. El libro obtuvo el Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez 2008.  

        Cuando León regresó de su viaje se comunicó con su amigo y resultó que ambos tenían novelas fallidas pero que algunos fragmentos de las mismas  funcionaban por sí mismos. Decidieron trabajarlos hasta que fraguó el libro.

        León Plascencia le dio nombres precisos a los cuentos para que el lector se fuera guiando a través de un “mapa sentimental y emocional” de manera tal que la obra adquirió una unidad en la cual los lectores desconocen quién es el autor preciso de cada uno de los cuentos. “Por eso el autor del libro es una conjunción de dos autores”.

        Para Julián Herbert esto fue posible porque ambos son grandes amigos,  han hecho muchos proyectos juntos aunque uno viva en Saltillo y el otro en Jalisco. “La amistad fue un soporte que nos permitió escribir con mucha libertad y confianza. El segundo soporte fue el tema: la infidelidad, que está presente en textos que hemos escrito antes. Hemos tenido muchos acercamientos al tema desde distintos ángulos lo cual nos dio muchos enfoques. Pero además, el conocimiento mutuo de nuestra  obra nos dio la oportunidad de escribir el libro en el cual el narrador es un ente autónomo”.

        El tema de la infidelidad es una constante en ambos autores, pero ni Julián Herbert ni León Plascencia Ñol han llegado a una conclusión: “Julián dice –responde León- que uno escribe para preguntarse y responderse cuestionamientos, pero termina con muchas más preguntas”.

        Ambos expresaron que la innovación literaria no es uno de sus propósitos sino que “los textos fueron surgiendo por sí mismos. La idea de lo experimental ya está incorporada al proceso. No lo hacemos para plantear nuevas ideas, sino que es  un recurso al usar ciertas técnicas como el narrador en tercera persona, el narrador omnisciente clásico”.

        “Una de las situaciones que nos permiten el diálogo literario es que los dos tenemos una mirada pragmática y no clavada en cuanto a que las situaciones deben ser de cierta manera. No tenemos prejuicios en la escritura, lo cual nos da libertad de tránsito. Pensamos que las técnicas literarias están para que las usemos independientemente de qué tan viejas o nuevas sean”, consideró Julián Herbert.

        Los dos afirmaron que ejercen con plenitud la vocación literaria “desde el momento en que decidimos ser escritores, que es nuestra principal vocación y la que permea todo lo demás”.

        “Escribimos por gozo, porque lo disfrutamos, porque intentamos entender el mundo, porque le hacemos preguntas a ese orbe y queremos que nos responda, lo que nunca hará; escribimos  porque en ello hay un enorme placer y pasión por llevar a la página las historias que estamos soñando e imaginando; por una mezcla de perversidad e inocencia: uno no es lo suficientemente ingenuo como para creer que se pueden restaurar las situaciones a través de la escritura”, comentaron los dos narradores.

        Coincidieron que escribir se trata de: “volver a los textos, corregirlos obsesivamente, volver a inventar o imaginar una escena”. Escribir Tratado sobre la infidelidad nos dio una especie de placer, coincidieron.

        Los dos tienen tras de sí un cúmulo de autores. León Plascencia repuso: “depende del día, del estado de ánimo, hay muchos autores que me gustan ahora, que quizá dentro de 10 años ya no y viceversa. Pero sí hay algunos a los que vuelvo una y otra vez, uno de ellos se llama Juan de la Cruz, vuelvo a él y cada vez que lo hago me emociono.

        Julián Herbert, por su parte, nombró  a Ally  Mcbeal, Philip Roth, “figura central como Rubem Fopnseca  y Groucho Marx, que viene a poner a todos en su silla.  Pero si tuviera que elegir a un maestro de mi tiempo, elegiría la forma de fracasar que tuvo Ezra Pound, su mirada me interesa mucho, incluye muchos de mis platos favoritos, desde la desmesura, la sabiduría, la mentira, la locura, el error político y la vejez, es una aspiración en última instancia”.

        Tratado sobre la infidelidad  será presentado hoy viernes a las 19:00 horas en el Centro Cultural Xavier Villaurrutia, calle Nuevo León 91, colonia Condesa.