Islote de garzas, poemario de Ursus Sartoris que evoca el mito de Aztlán
Comunicado No. 2458/2011
10 de noviembre de 2011
***Editado dentro de la colección Práctica Mortal de la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, el libro refiere el espacio mítico y fundacional mexica considerado por el autor “como el punto de partida y de origen de nuestra cultura”
***El volumen será presentado por Elsa Cross, Vicente Quirarte y Édgar Krauss, este 11 de noviembre a las 19:00 horas en la Casa Refugio Citlaltépetl

Inspirado en el arte de leer las nubes, las mañanas de bruma, leyendas, vivencias personales, viajes por diversos lugares de México y del mundo como Texcoco, la sierra Mazateca en Oaxaca, Michoacán y la India, además de caminatas por bosques, pirámides, lagos e islas, el poeta, ensayista y traductor Ursus Sartoris escribió su más reciente libro Islote de Garzas que este viernes será presentado en la Casa Refugio Citlaltépetl.
El poemario, que está divido en tres apartados: “Venados”, “El Ayuno del coyote” y “Libame”, es “una metáfora de esa búsqueda interna que todos realizamos, ya sea a través de la imaginación o de cualquier experiencia en la infancia” y hace referencia “al espacio mítico y fundacional que es Aztlán, lugar de la blancura, lugar de las garzas, que es el punto de partida y de origen de nuestra cultura, además de ser un espacio donde hay una conexión entre lo terrestre y lo celeste”, comenta en entrevista el autor del libro Ursus Sartoris.
El también director de Erande, Revista de Arte y Creación, que se publica en Pátzcuaro, Michoacán, comenta que este texto trata de ser una reconstrucción de la memoria ancestral “que nos va a permitir entender lo que somos. Por eso, lo que este libro también plantea es ver al mito como algo vivo, ya que los mitos nos siguen hablando, siguen palpitando en nuestra cultura y son símbolos que construyen nuestro imaginario”.
Añadió que el volumen puede verse como una obra abierta que se puede leer desde distintos ángulos y de diversas maneras. “Por ese motivo, son poemas cortos, redondos, con una unidad acabada, que están escritos con una dicción transparente que permite que cualquier persona que busque acercarse a la belleza del mundo de la poesía los pueda leer”.
La serie de “Venados”, está integrado por 11 poemas: Ahuehuetl, Cuatro casa, Visión de Anáhuac, Canto del desollado, Susana San Juan, Petición de lluvia, Nahual, Venados, Popocatépetl, Cenizas y Papalote.
“En ‘Venados’ –añade el autor- de alguna manera hago referencia a la inocencia. Son poemas que remiten a esa primera etapa de la infancia, de la palabra que se pronuncia con cierta inocencia, a niños que hablan, que se expresan de corazón y revelan la verdad. En este capítulo refiero a los venados porque son animales que simbolizan el corazón que para mí significa la inocencia.
“También son poemas dedicados a personas que me han transmitido aprendizajes y en donde trato de retomar mucho de lo que Juan Rulfo hizo en su procedimiento para la creación de Pedro Páramo, que es recuperar la palabra oral, es decir, la sabiduría que de pronto escuchas cuando estás en un pueblo y un viejo habla. Esa expresión sin rebuscamientos que sirve como fuente de inspiración”.
“Ayuno del coyote” es una sección dedicada a la memoria de José Luis Martínez y de Miguel Ángel Calderón y está formado por 10 poemas: Donde Ixtlilxóchitl revela su códice real, Canto de huida, Elogios al juego de pelota, Al contemplar a Azcatlxóchitl, Netzahualcóyotl a Cuacuauhtzin, Cuacuauhtzin a Netzahualcóyotl, Rezo a Tonantzin, Rezo a Tezcatlipoca, Canto sagrado y Canto guerrero.
“Esta sección es una parte más literaria, ya que es una recreación a partir de lo mítico y lo literario. Tiene que ver con una referencia conocida por todos que es la vida y la leyenda de nuestro rey poeta Netzahualcóyotl, el fundador de nuestra tradición poética y también en cuanto a que viene a crear los fundamentos de por qué somos lo que somos.
“En esta parte hay un poema central que es un elogio al juego de pelota en donde cuestionó el sentido del sacrificio. Ya que para mí esta palabra no significa arrancar un corazón, significa hacer cosas sagradas a través la palabra”, comenta el también profesor en el Centro Morelense de las Artes, Cuernavaca.
La última parte del libro es “Libamen”, constituida por 20 poemas sin título que se identifican únicamente a través de números romanos.
“La tercera parte –agrega Sartoris- es una ofrenda en sacrificio sin ninguna retribución, en donde entregó mi palabra, mi ser. Donde ofrendo todo lo que soy a ese ser que es desconocido, que no sé cómo se llama, pero que sé que está aquí, adentro, en mí, en ti, en todo.
“Es una serie de poemas un poco más crípticos para la contemplación. Lo importante de esta sección es reflexionar sobre lo que ofrecemos a la creación, y que en mi caso son efímeras centellas de poesía. Son poemas que hay que leerlos sin cuestionarse y simplemente escuchar la música que el poema mismo te va diciendo, ya que han sido escritos en esa búsqueda interior a partir de una visión: mi visión de la vida”.
Finalmente, Ursus Sartoris detalla que con este libro busca inspirar, más que convencer, porque para él la poesía es el arte de lo imposible que hace las cosas posibles.
“Los poemas que presentó buscan inspirar y hacer una invitación a abrirnos a este mundo maravilloso lleno de poesía y ha conectarnos con nuestra propia creación. Por ese motivo, los poemas no tienen un destinatario específico, ya que busco que cada uno encuentre a su lector.
“Creo que la poesía es un árbol que no da sombra, porque es pura luz. En este sentido, el libro es eso, la posibilidad de que sea un árbol donde podamos nosotros arrimarnos y que nos de buen cobijo. Lo que busco con él, es darnos esta oportunidad de detenernos a contemplar la belleza de nuestro propio espíritu a través de la poesía”.
Islote de garzas será presentado este viernes 11 de noviembre a las 19:00 horas en la Casa Refugio Citlaltépetl, ubicada en Citlaltépetl 25, Col. Hipódromo Condesa. Entrada libre.