Califican a José Luis Bobadilla como un innovador de la poesía mexicana

  • Libros, revistas y literatura
26 de octubre de 2009

  Comunicado Núm. 1757   ***En la presentación de Las máquinas simples, editado por Tierra Adentro de Conaculta, el poeta Javier Barreiro señala que el autor ajusta cuentas con una forma de entender la poesía Las máquinas simples pasó la prueba del ácido. Si bien sus presentadores Enrique Flores, Juan Carlos Cano y Javier Barreiro, manifestaron ligeras diferencias con su autor, José Luis Bobadilla, calificaron al poeta y ensayista como un innovador de la poesía mexicana actual, un escritor que se arriesga y ve a la poesía como algo que se debe ocupar de desajustar el lenguaje, una pluma que promete alcanzar un sitio destacado en nuestras letras.            El libro, editado por la Dirección General de Publicaciones de Conaculta, dentro del Fondo Editorial Tierra Adentro, se presentó en la Librería Rosario Castellanos del Centro Cultural Bella Época, donde Enrique Flores, doctor en letras por El Colegio de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, afirmó que Bobadilla se arriesga, se pone en juego, se aventura, hace una obra y toma posición al margen de los herederos del canon.            Apuntó que el libro es una extensión del poeta y su trabajo, articulaciones de algo que estaba en trance de articularse, conexiones, máquinas deseantes. “Valen más los poemas articulados en el libro que por sí solos, lo mismo los ensayos que se articulan en forma de montaje; las notas, los títulos, las citas, los apartados, los epígrafes, piezas que se desmontan y articulan reproduciendo las fuerzas poéticas como engranajes y crean un conjunto que es en sí una obra poética”.            Flores observó que también como arte poética, hay una evidente continuidad entre el poeta, su trabajo y Las máquinas simples; evidencia una poesía rigurosa pero no rígida, innovadora y no canónica, una poesía abierta que busca formas nuevas en lugar de anclarse en admiraciones vacías.            “Las máquinas simples son formas nuevas, artísticas o artesanales, formas del hacer y en ese sentido propuestas del hacer y no menos importante, también del vivir”, concluyó el también investigador de la UNAM.            Por su parte, Javier Barreiro, arquitecto, poeta, periodista y director de la revista Arquine, consideró que publicar un libro de poesía es un acto temerario. Y sobre la obra de José Luis Bobadilla, señaló que es una poesía de impresiones y de apariencias, misma que a partir de la honestidad, la precisión y el rigor con que plasma esas impresiones y apariencias, intenta captar algo que no está, algo que se resbala y escurre como arena entre los dedos.            Agregó que los propios títulos de las secciones que conforman Las máquinas simples, que van desde pesquisas hasta planos, palancas o poleas, constituyen una declaración de que la poesía es la búsqueda de una serie de mecanismos o estrategias para lograr apresar esa instancia inasible.            “Creo que José Luis es un poeta preciso, honesto, que se atreve a investigar la incertidumbre y la duda –resaltó Barreiro–, todos atributos indispensables más no suficientes para ser un poeta. Este libro es como un ajuste de cuentas con una manera de entender la poesía y llevado a un límite”.            Más adelante citó una frase de André Gide, quien consideraba que el escritor debe luchar contra sus dones, que debe contradecirse. “Y yo extrañé un poco eso en el libro, extrañé la contracara de ese terreno que en el fondo Bobadilla domina y conoce bien. Y pienso que en ese sístole-diástole, entre el orden que busca crear con el lenguaje y el caos, el desorden que es lo que predomina en nuestra experiencia, hizo falta que el caos siguiera respirando dentro del orden que uno trata de crear”.            Para finalizar su intervención, Barreiro indicó que “este libro nos para en el umbral de algo más sorprendente para José Luis Bobadilla. Ese es mi augurio luego de la lectura de este libro que tiene momentos estupendos e imágenes notables. Me quedé con la sensación de que este libro es el cierre de una etapa y el inicio de otra más promisoria”.            Para Juan Carlos Cano, arquitecto, poeta y amigo de Bobadilla, expresó que éste, ha sido víctima de esa peculiar forma de halago que se acostumbra utilizar en nuestra gran tradición mexicana: la indiferencia. “Es sabido que aquí nadie ladra y que cuando el silencio ante la obra de alguien se vuelve costumbre, es algo que se está haciendo bien”.            Y destacó que curiosamente, el silencio es lo que abunda en Las máquinas simples, “un silencio fragmentado, lleno de guiones y de puntos suspensivos, como si Bobadilla quisiera decir algo más y al mismo tiempo se arrepintiera una y otra vez. Me queda la sensación de que esa duda es la fuerza del libro, de que esa pedacería es una máquina que no tiene nada de simple y por el contrario, es la contraposición a la palabrería que nos rodea, al ruido. Y no se contrapone recurriendo a la tradición sino dando un paso hacia adelante, creyendo con firmeza que la poesía se debe ocupar de desajustar el lenguaje”.            Para cerrar su participación, Cano puntualizó que “la única duda que no me queda, es que Las máquinas simples es el mejor libro de Bobadilla, un libro pertinente. También, creo que con el tiempo será un libro importante”. AMS  [gallery]"

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Comunicado Núm. 1757


***En la presentación de Las máquinas simples, editado por Tierra Adentro de Conaculta, el poeta Javier Barreiro señala que el autor ajusta cuentas con una forma de entender la poesía

Las máquinas simples pasó la prueba del ácido. Si bien sus presentadores Enrique Flores, Juan Carlos Cano y Javier Barreiro, manifestaron ligeras diferencias con su autor, José Luis Bobadilla, calificaron al poeta y ensayista como un innovador de la poesía mexicana actual, un escritor que se arriesga y ve a la poesía como algo que se debe ocupar de desajustar el lenguaje, una pluma que promete alcanzar un sitio destacado en nuestras letras.


           El libro, editado por la Dirección General de Publicaciones de Conaculta, dentro del Fondo Editorial Tierra Adentro, se presentó en la Librería Rosario Castellanos del Centro Cultural Bella Época, donde Enrique Flores, doctor en letras por El Colegio de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, afirmó que Bobadilla se arriesga, se pone en juego, se aventura, hace una obra y toma posición al margen de los herederos del canon.


           Apuntó que el libro es una extensión del poeta y su trabajo, articulaciones de algo que estaba en trance de articularse, conexiones, máquinas deseantes. “Valen más los poemas articulados en el libro que por sí solos, lo mismo los ensayos que se articulan en forma de montaje; las notas, los títulos, las citas, los apartados, los epígrafes, piezas que se desmontan y articulan reproduciendo las fuerzas poéticas como engranajes y crean un conjunto que es en sí una obra poética”.


           Flores observó que también como arte poética, hay una evidente continuidad entre el poeta, su trabajo y Las máquinas simples; evidencia una poesía rigurosa pero no rígida, innovadora y no canónica, una poesía abierta que busca formas nuevas en lugar de anclarse en admiraciones vacías.


           “Las máquinas simples son formas nuevas, artísticas o artesanales, formas del hacer y en ese sentido propuestas del hacer y no menos importante, también del vivir”, concluyó el también investigador de la UNAM.


           Por su parte, Javier Barreiro, arquitecto, poeta, periodista y director de la revista Arquine, consideró que publicar un libro de poesía es un acto temerario. Y sobre la obra de José Luis Bobadilla, señaló que es una poesía de impresiones y de apariencias, misma que a partir de la honestidad, la precisión y el rigor con que plasma esas impresiones y apariencias, intenta captar algo que no está, algo que se resbala y escurre como arena entre los dedos.


           Agregó que los propios títulos de las secciones que conforman Las máquinas simples, que van desde pesquisas hasta planos, palancas o poleas, constituyen una declaración de que la poesía es la búsqueda de una serie de mecanismos o estrategias para lograr apresar esa instancia inasible.


           “Creo que José Luis es un poeta preciso, honesto, que se atreve a investigar la incertidumbre y la duda –resaltó Barreiro–, todos atributos indispensables más no suficientes para ser un poeta. Este libro es como un ajuste de cuentas con una manera de entender la poesía y llevado a un límite”.


           Más adelante citó una frase de André Gide, quien consideraba que el escritor debe luchar contra sus dones, que debe contradecirse. “Y yo extrañé un poco eso en el libro, extrañé la contracara de ese terreno que en el fondo Bobadilla domina y conoce bien. Y pienso que en ese sístole-diástole, entre el orden que busca crear con el lenguaje y el caos, el desorden que es lo que predomina en nuestra experiencia, hizo falta que el caos siguiera respirando dentro del orden que uno trata de crear”.


           Para finalizar su intervención, Barreiro indicó que “este libro nos para en el umbral de algo más sorprendente para José Luis Bobadilla. Ese es mi augurio luego de la lectura de este libro que tiene momentos estupendos e imágenes notables. Me quedé con la sensación de que este libro es el cierre de una etapa y el inicio de otra más promisoria”.


           Para Juan Carlos Cano, arquitecto, poeta y amigo de Bobadilla, expresó que éste, ha sido víctima de esa peculiar forma de halago que se acostumbra utilizar en nuestra gran tradición mexicana: la indiferencia. “Es sabido que aquí nadie ladra y que cuando el silencio ante la obra de alguien se vuelve costumbre, es algo que se está haciendo bien”.


           Y destacó que curiosamente, el silencio es lo que abunda en Las máquinas simples, “un silencio fragmentado, lleno de guiones y de puntos suspensivos, como si Bobadilla quisiera decir algo más y al mismo tiempo se arrepintiera una y otra vez. Me queda la sensación de que esa duda es la fuerza del libro, de que esa pedacería es una máquina que no tiene nada de simple y por el contrario, es la contraposición a la palabrería que nos rodea, al ruido. Y no se contrapone recurriendo a la tradición sino dando un paso hacia adelante, creyendo con firmeza que la poesía se debe ocupar de desajustar el lenguaje”.


           Para cerrar su participación, Cano puntualizó que “la única duda que no me queda, es que Las máquinas simples es el mejor libro de Bobadilla, un libro pertinente. También, creo que con el tiempo será un libro importante”.


AMS


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